A fines de enero de este año personal de la Comisaría 38 de la Policía de la Ciudad en la calle Curapaligüe al 400 realizaba un operativo por un llamado al 911 que denunciaba la presencia de una persona a bordo de un auto con patentes robadas.
Al llegar, los agentes se entrevistaron con la denunciante quien aseguró que el Citröen C4 que se encontraba estacionado a pocos metros tenía colocados los dominios de su auto que habían sido sustraídos días atrás.
De inmediato los oficiales se acercaron al vehículo y le pidieron al conductor que descendiera. De esta manera procedieron a identificarlo y a requisar el rodado.
Al ser ingresados sus datos al sistema policial, el operador confirmó que el joven de 23 años era de nacionalidad peruana, domiciliado en Nordelta y que el auto en el que circulaba era de un cómplice oriundo de Colombia.
Tras requisar el vehículo se encontró una mochila con un kilo de cocaína de máxima pureza, que “estirada” con precursores químicos y preparada para el mercado de narcomenudeo podría llegar a las 7200 dosis de dicha sustancia.
A raíz de este hecho tomó intervención la División Precursores Químicos de la Policía de la Ciudad que comenzó con las tareas de investigación con el objetivo de determinar si se podría tratar de una banda que se dedica a la comercialización de estupefacientes.
El Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 3 con los datos aportados por la brigada quienes confirmaron que existían tres domicilios involucrados, solicitó el allanamiento de los mismos.
En el primero de ellos, en la calle Uriburu del barrio de Balvanera se encontró el pasaporte del detenido junto con una copia del acta de libertad condicional.
En la segunda vivienda, ubicada en Nordelta, se encontraron 20 dosis de cocaína y varias cajas y blísters de distintos tipos de medicamentos utilizados para el corte de la cocaína pura, dos teléfonos celulares, documentación personal del cómplice colombiano y una chequera en blanco a nombre del mismo individuo. Estos elementos permitieron continuar con la investigación de otros eslabones de la organización delictiva.
En el tercer domicilio los agentes fueron recibidos por la madre del integrante colombiano, quien al momento de los allanamientos se pudo constatar por personal de Migraciones que se había ido a Brasil.
Tras incautarse dos teléfonos celulares de la vivienda, se pudo corroborar que la mujer en cuestión estaba al tanto de la detención del compañero de su hijo y que se lo había informado al mismo.
Con todo el material recabado e incautado se procedió a continuar con las diligencias investigativas con el fin de dar con el resto de los miembros de la banda.
