Rescatan en medio de un tiroteo a un contador que había sido secuestrado

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Un contador público fue rescatado sano y salvo por la policía tras un tiroteo con varios delincuentes que lo mantenían cautivo dentro de su propia camioneta por la localidad bonaerense de Caseros, partido de Tres de Febrero, informaron hoy fuentes policiales.

El hecho ocurrió cerca de las 20 de anoche en la intersección de la calle Álvarez Jonte, entre Maestra Baldini y General Hornos, de esa localidad del oeste del conurbano, y la víctima fue identificada por la policía como Pablo Hernán Castagno.

Según las fuentes, todo comenzó cuando Castagno circulaba a bordo de su camioneta importada Mercedes Benz color gris y fue interceptado por cuatro delincuentes armados que se movilizaban en dos autos.

Los delincuentes le cruzaron uno de los vehículos y lo amenazaron con armas, tras lo cual lo obligaron a los golpes y culatazos a pasarse al asiento del acompañante de su propia camioneta.

La acción fue observada por una brigada policial del Comando de Patrulla de Tres de Febrero, que al acercarse a los vehículos involucrados fue recibido a los tiros generándose un intercambio de disparos.

El contador de 48 años fue rescatado a los pocos minutos porque los delincuentes decidieron abandonarlo y escapar en los dos vehículos en los que habían llegado para cometer el secuestro.

La policía en un operativo cerrojo encontró un auto Honda de color blanco y un Citroën C4 gris en uno de los accesos al barrio Ejército de los Andes, más conocido como “Fuerte Apache”, en la zona de Ciudadela Norte.

Se presume que esos fueron los automóviles en los que se movilizaban los delincuentes al momento del secuestro de Castagno.

Los informantes consultados indicaron que, durante el cautiverio, el contador recibió un fuerte golpe en la cabeza por parte de sus captores que le provocó una herida cortante en el cuero cabelludo.

Esta mañana un vecino que fue testigo de la situación contó a la prensa que “el hombre tenía la cara ensangrentada por los golpes que le dieron los delincuentes”.

“La ayuda de la policía hizo que el muchacho se tirara de la camioneta en marcha cuando lo llevaban secuestrado. Hubo como ocho o nueve tiros y muchos gritos, pero por suerte no hubo muertos porque es una zona transitada a toda hora”, añadió el vecino.