Itatí, una puerta de ingreso de marihuana que no se cerró ni con la caída del intendente

1131

La ciudad de Itatí es un destino turístico-religioso importante de la provincia de Corrientes, aunque este año obtuvo una popularidad impensada para un pueblo que tiene cerca de ocho mil habitantes. El intendente, su hija, el viceintendente y hasta el comisario local fueron detenidos, acusados de formar parte de una organización narco que ingresaba marihuana a gran escala para distribuirla por todo el país, y enseguida el escándalo se convirtió en un tema nacional. Ya pasaron nueve meses, y nada parece haber cambiado: la droga sigue saliendo como por un tubo.

Según los reportes de Gendarmería Nacional y Prefectura Naval, más de diez mil kilos de marihuana que ingresaron a la Argentina por la frontera de Itatí fueron incautados entre el 14 de marzo y el 14 de diciembre. Los números indican que la ruta sigue operativa, pese a que la estructura que presuntamente brindaba protección había sufrido un fuerte golpe con las detenciones del intendente, Natividad “Roger” Terán, y el vice, Fabián Aquino.

La semana pasada, más de 450 kilos de marihuana fueron secuestrados en el casco histórico de la ciudad fundada en 1615. En noviembre la actividad de los narcos fue intensa, a tal punto que más de dos toneladas y media terminaron siendo incautadas en distintos procedimientos, una cifra que refleja el volumen de droga que sale de Itatí.

En agosto, cinco meses después de la caída del jefe comunal, Gendarmería secuestró un cargamento de 1.086 kilos que estaba oculto entre las malezas. Eran 38 bultos de grandes dimensiones que contenían 1.501 panes de marihuana.

Desde el Ministerio de Seguridad de la Nación indicaron al diario Perfil que en la provincia de Corrientes secuestraron 34.164 kilos de marihuana entre enero y noviembre de este año, unos mil kilos más que en el mismo período de 2016, cuando se incautaron 33.021 kilos de la misma sustancia. A nivel nacional, el decomiso aumentó un 13%: de 99.010 kilos en 2016 se pasó a 112.753 en 2017.

De acuerdo con los voceros consultados para este informe, Itatí es uno de los principales puntos de ingreso de la marihuana. “Una explicación es geográfica, por la cantidad de islas que hay en el río, lo que permite esconder y acopiar la droga con mayor facilidad. Con un bote a motor se puede cruzar de orilla a orilla en apenas cinco minutos”, señala Martín Verrier, subsecretario de Lucha contra el Narcotráfico del Ministerio de Seguridad de la Nación.

Hace unos años, el mayor caudal de marihuana ingresaba por la frontera de Misiones. Hoy, la realidad es otra porque las bandas buscan evitar los controles ruteros del norte del país y acceden por Corrientes, cerca de las rutas 12 y 14, que son las que conducen más rápido a los principales centros de consumo del país.

Si bien una de las mayores organizaciones que operaban en Itatí fue desarticulada durante la operación conocida como “Sapukai”, en la que terminó preso el intendente de la ciudad, otras bandas continúan con el negocio de la droga.

En Corrientes, los narcos eligen conformaciones oligopólicas. Se reparten el mercado para evitar llamar la atención del Estado. Así –entienden los investigadores–, la ruta de la marihuana no se alteró después del escándalo nacional.

En 2016, el cura del pueblo, Omar Cadeni, abandonó la emblemática basílica por los aprietes narcos. “El narcotráfico es un cáncer en esta comunidad itateña. Y como todo cáncer, el tráfico de marihuana aquí comenzó siendo algo chico, pero se fue agrandando. La única manera de enfrentar este problema es con educación”, decía el padre a la prensa local. “Me da fastidio que utilicen a los chicos para llevar y traer droga, eso es invertir para el fracaso”.

El sacerdote se fue con la esperanza de que la sociedad abriera los ojos. La caída del intendente, el vice y el jefe de la comisaría local marcó un quiebre en la historia del pueblo. Nueve meses después, el negocio continúa creciendo. La puerta de ingreso de la droga sigue abierta, aunque más que una puerta parece un portón.