Dos funcionarios de servicio penitenciario provincial de Tucumán fueron detenidos por el crimen de un preso que denunció venta de drogas en el penal de Villa Urquiza, en tanto que el director de Institutos Penales, Guillermo Snaider, fue acusado de desobediencia judicial e incumplimiento de los deberes de funcionario público, informaron fuentes judiciales.
Los funcionarios serán investigados a raíz de la muerte de Sebastián Medina (31 años), ocurrida el miércoles 22 de noviembre en el patio de recreo del Anexo 1 de la cárcel ubicada en la capital tucumana.
El crimen se produjo luego de que la víctima denunciara la venta de marihuana, cocaína y psicofármacos entre los detenidos.
La fiscal Adriana Giannoni acusó a Snaider de desobediencia judicial por considerar que no acató la orden de proteger a Medina, tal como lo había ordenado Roberto Guyot, juez de Ejecución y Sentencias, y por incumplimiento de los deberes de funcionario público, ya que se considera que no investigó la tortura que sufrió Medina antes de ser asesinado.
Si el funcionario llega a ser encontrado culpable en el juicio, podría recibir una condena de hasta 10 años, según explicaron fuentes judiciales.
Por su parte, Walter Pato, del Departamento Personal de la cárcel, y de José Fernando Cisterna, responsables de la Unidad I y II del penal, fueron imputados por haber elaborado un plan que terminó con el homicidio del recluso denunciante.
La fiscala pidió la detención de ambos, ya que según su hipótesis, tuvieron participación en el homicidio de Medina.
En tanto que Claudio González, oficial que estaba a cargo de los presos que se encuentran alojados en las diferentes seccionales de la policía, fue imputado por falsedad ideológica.
Según trascendió, González habría admitido ante Giannoni algunas irregularidades y aseguró que lo hizo por pedido expreso de sus superiores.
