Una de las palas secuestradas en la casa de Marcos Esteban Bazán, uno de los detenidos por el crimen de Anahí Benítez, fue usada para hacer el pozo donde la víctima fue hallada sepultada a 20 centímetros de profundidad y a 231 metros de distancia del domicilio del imputado, según confirmó hoy una pericia geológica, informaron fuentes judiciales.
Se trata de una de las dos palas incautadas dentro de la vivienda de Bazán (34), ubicada en el mismo predio de la reserva natural de Santa Catalina donde el 4 de agosto fue hallado el cadáver de Anahí (16).
Las fiscales Fabiola Juanatey y Verónica Pérez recibieron hoy los resultados de un peritaje geológico en el que se cotejaron los residuos térreos de esas dos palas con la tierra del pozo donde fue hallada la víctima.
“Una de esas palas, la más larga y en punta, fue utilizada en el pozo. Se tomaron tres muestras: una de la tierra removida que había sobre el cadáver, otra del interior de la excavación y de abajo de donde estaba el cuerpo y los tres cotejos dieron positivo. La pala tenía adherida la misma tierra de ese sitio”, explicó a Télam una fuente judicial.
El estudio fue realizado por geólogos y expertos de la Superintendencia de la Policía Científica bonaerense.
Para las fiscales, este peritaje es otra evidencia que incrimina a Bazán en el homicidio e iban a llevar el informe al Juzgado de Garantías 4 de Lomas de Zamora, a cargo de Sebastián Monelos, para que el magistrado lo sume a la causa y lo tenga en cuenta a la hora de resolver la situación procesal del acusado.
El perro que rastreó la presencia de Ahaní en su casa y su presencia en el sitio donde apareció el cadáver y una tijera escolar que estaba en poder de la víctima y fue hallada en su domicilio, son las principales pruebas que utilizaron las fiscales para pedir la prisión preventiva de Bazán por los delitos de “privación ilegal de la libertad y homicidio tríplemente agravado por alevosía, por críminis causae y por violencia de género”.