Gustavo Rivas, el abogado acusado de corrupción y promoción a la prostitución de al menos 2.000 menores, aseguró hoy que “nunca estuve con un menor” y que “está tranquilo” ante la indagatoria a la que fue citado para el lunes próximo en los tribunales de Gualaguaychú, Entre Ríos, cuando será formalmente imputado.

“Nunca estuve con un menor, estoy tranquilo porque la causa está inflada. De acá se llevaron diapositivas de mis viajes por Europa y grabaciones del Chavo y Neustadt”, afirmó Rivas en una entrevista exclusiva a Télam.

No obstante, en diálogo con la prensa local, el abogado había admitido que durante el allanamiento realizado en su domicilio hace una semana por orden del fiscal Lisandro Beherán “pueden haber encontrado alguna revista pornográfica”.

En la sala de espera de su estudio, situado a 20 metros de la Jefatura de policía y a una cuadra de los Tribunales, el abogado se mostró en todo momento distendido y risueño ante esta agencia, aunque muchas veces evasivo en sus respuestas.

“Mientras se llevaban todo yo estaba abajo charlando con el fiscal Beherán, después tuve que pasar la tarde ordenando”, agregó Rivas, mientras tomaba un mate.

Sobre la calle Mitre, a pasos de la plaza San Martín de Gualeguaychú, el abogado tiene unsu estudio en la planta baja y su vivienda en el primer piso. Según los testimonios que trascendieron, arriba habrían tenido lugar muchas de las fiestas a las que asistieron menores de edad.

Hace una semana, Rivas fue acusado de abusar de más de 2.000 menores por el periodista entrerriano Daniel Enz en una nota en la revista Análisis, y fue a raíz de esa publicación que el fiscal Beherán le inició de oficio una causa.

“Conozco a Enz desde el 87, me entrevistó cuando fui candidato a intendente y perdí por 1.600 votos. La última vez que lo vi fue hace un mes en la presentación de su libro”, continuó Rivas, y afirmó que “alguien lo tiene que haber incentivado a publicar eso”, en referencia a la investigación en la que el periodista sostiene que los abusos comenzaron en 1970 y continuaron hasta al menos el 2010.

“Lo que más me duele es que se salpique a gente buena”, dijo el abogado en referencia a las presuntas víctimas, quienes pueden quedar expuestas y ser señaladas en una ciudad donde el episodio es tema de conversación desde que se publicó la investigación en la revista dirigida por Enz.

Raúl Jurado, abogado defensor de Rivas, quien llegó mientras transcurría la charla con Rivas, apuntó por su parte: “Como mi amigo y como mi cliente, él me ha dicho que nunca estuvo con un menor, pero su inteligencia le dice que va a ser condenado, porque la Justicia trabaja para la prensa”.

Jurado apuntó que al recibir a Télam su defendido había desobedecido su indicación de “no dar notas”.

Rivas conoce a su actual abogado desde principios de la década de 1980, cuando Jurado era un joven estudiante y trabajaba en su estudio; desde entonces cultivaron una relación de amistad, al punto que el acusado de abuso fue testigo de matrimonio del letrado.

La ciudad entrerriana está dividida por este caso dado el prestigio que acumuló Rivas. Y el abogado sigue haciendo sus caminatas diarias en el centro de Gualeguaychú mientras recibe saludos de vecinos y conocidos.

No obstante en las redes sociales circula una convocatoria para reunirse mañana a las 17 en la plaza principal, a escasos metros de su domicilio, para pedir justicia por sus víctimas.

“Es muy probable que haya un escrache frente a su casa, la ciudad está conmocionada, la gran mayoría quiere que la Justicia investigue y que se sepa todo lo que hizo”, señalaron a Télam fuentes de la Secretaría de Derechos Humanos del municipio.

Para Matías Ayastuy, secretario de Derechos Humanos del municipio, muchas de sus presuntas víctimas “son de barrios populares”. Y aventuró que “si llega un policía a golpear la puerta de su casa, o les llega una citación lo que van a sentir es que se los está persiguiendo, (porque) no se asumen como víctimas”.