Una banda criminal integrada por gitanos que se dedicaba a la comercialización fraudulenta de vehículos en la Ciudad de Buenos Aires y a la que se acusa de realizar secuestros extorsivos y falsificar documentación pública fue desbaratada en distintos puntos del área metropolitana, informó hoy el jefe de la Policía Federal Argentina (PFA), Néstor Roncaglia.

El funcionario presentó esta mañana los resultados del “Operativo Daytona”, en una conferencia de prensa realizada en el Departamento Central de esa fuerza, ubicado en el barrio porteño de Monserrat, donde aseguró que el valor total de los 94 vehículos secuestrados asciende a unos 100.000.000 de pesos.

“Desarticulamos una organización que tenía como objeto la comercialización ilegal de vehículos que provienen de tres fuentes”, dijo Roncaglia, y explicó que la principal es la compra mediante “el dinero recaudado de delitos conocidos como secuestros extorsivos virtuales”.

En ese sentido, comentó que en uno de los 30 allanamientos realizados por personal de PFA, cuando se ingresó a uno de los domicilios, los delincuentes estaban “en pleno operativo ilegal de llamadas virtuales, diciendo que hay personas de la familia secuestradas”.

 

“Tenían toda una mesa de diseño desplegada para trabajar en forma ilegal, con todas las direcciones y teléfonos a los que iban llamando, y con un programa en una computadora habilitada donde registraban las llamadas”, agregó, y aclaró que en ese momento “se produjo la detención infraganti de una pareja” perteneciente a la organización.

Una segunda modalidad que utilizaba la banda para el acopio de los vehículos era “mediante la modalidad de robos y hurtos en la vía pública”, principalmente sobre la avenida Juan B. Justo, para luego “adulterar sus patentes y sus números de motores”, dijo Roncaglia.

Al respecto, el titular de Investigaciones Federales de esa fuerza, Raúl Brítez, explicó que a esos rodados se les realizaba “un proceso de enmascaramiento y falsificación de su documentación”, para lo cual “contaban con un verdadero profesional en el arte de falsificar automotores”, a quien “se le secuestraron todos los elementos que utilizaba en esa acción”.

En tanto, la tercera forma que empleaba la banda para el obtener vehículos provenía de “falsas mudanzas” desde distintos países, entre ellos Estados Unidos, “con una modalidad de contrabando e ingresados ilegalmente al país, con documentación que no puede respaldar adecuadamente su ingreso”, señaló Brítez.

“Trataremos de determinar con la mayor precisión si estos automóviles fueron sustraídos en sus países de origen y establecer con claridad qué funcionarios pudieron haber facilitado la documentación o las visas de ingreso de estas personas que no habían viajado al exterior”, concluyó el comisario.

Sobre la investigación, Roncaglia detalló que “se inició a fines del año pasado” y que su origen fue “una noticia criminal de la que tomó conocimiento el personal de la División Sustracción de Automotores” de la PFA.

“Se identificó a cada uno, teníamos una persona que estaba comercializando un vehículo y lo ofrecía por Internet, supimos que estaba adulterado su motor y ese fue el primer eslabón para llegar a toda la organización”, explicó.

Como resultado total de los procedimientos, la Policía detuvo a 13 personas e incautó 79 autos y camionetas de alta gama, 14 motos y un cuatriciclo.

También se secuestraron dos pistolas calibre .45, una pistola calibre .24, 550.000 pesos y 19.000 dólares en efectivo, además de documentación de importancia para la investigación.

La causa fue designada al Juzgado Federal 5, a cargo de Marcelo Martínez de Giorgi, y a la Fiscalía Federal encabezada por Pedro Zoni.