El relato de una mendocina que denunció una violación por parte de un grupo de rugbiers

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El testimonio es desgarrador y sorprendente. Ella misma dice que no sabe qué pasó. De un momento para el otro cree que perdió la memoria, y de a poco, ha podido ir reconstruyendo, con testigos, lo que padeció la noche del 22 de diciembre pasado.

La víctima es una joven mendocina de 24 años que asegura haber sido violada por cuatro rugbiers, que conocía previamente, durante una fiesta que organizaron por un campeonato obtenido. Ella también practica ese deporte, por lo que confiaba en ellos. Sin embargo, cree que ese fue su peor error, porque todo se nubló después de recibir un trago, mientras bailaban.

Al otro día, ya en el trabajo, sin poder entender por qué no podía recordar casi nada de la fiesta, hubo un llamado de atención. “Cuando fui al baño sentí dolor en la vagina. Además, una amiga y mi hermana me llamaron y me hicieron la misma pregunta: ¿Qué onda? ¿Es verdad que te acostaste con cinco? Les respondí que no, que era imposible”, relató la víctima al diario local El Sol. Su preocupación y desesperación por lo que le contaban la descompusieron y comenzó a vomitar.

Tras la denuncia en la Oficina Fiscal Nº15, el Cuerpo Médico Forense realizó los estudios pertinentes, pero no se logró determinar la existencia de lesiones producto de un vejamen, más allá de aplicarle el kit de emergencia en casos de violación. Es decir, no hubo violencia física. Sin embargo, podría haber consumido, sin darse cuenta, una sustancia que vulneró su voluntad, por lo que en estos casos el ataque físico de los agresores no hace falta. Una de esas drogas, puede ser la burundanga. Los primeros análisis de sangre no evidenciaron estupefacientes de uso recreativo habitual, como cocaína y marihuana, por lo que se realizarán nuevas muestras para ver si existen rastros de otras drogas. Asimismo, se detectó una mancha de semen en el vestido que usó esa noche la chica; los estudios de ADN podrán develar a quién pertenece.

Mientras, los cuatro jóvenes fueron imputados este martes por “abuso sexual agravado por acceso carnal y por la participación de 2 o más personas”, por lo que se esperan avances en la causa en las próximas horas.

Se trata de los jugadores de Rugby Sebastián Vanin (Banco Mendoza), Ignacio Ceschín (Peumayén), Enzo Falaschi (Teqüé) y Lisandro Biffi (Banco), hijo de un reconocido diputado mendocino de Cambiemos, César Biffi, y hermano del titular de la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE) y entrenador del equipo, Facundo Biffi, quien también participó de la fiesta. “Confío plenamente en la inocencia de mi hijo”, expresó en las últimas horas el legislador.

Asimismo, ya había sido imputado por abuso sexual simple el manager de Unión de Rugby de Cuyo (URC), José “Gaita” Hervida. Todos, la noche del 22 de diciembre celebraban en la casa del “Gaita”, en Chacras de Coria, Luján de Cuyo, el triunfo del equipo masculino de la URC en el Seven de la República, disputado en Paraná, tras derrotar 15 a 4 al seleccionado de Buenos Aires. Hay testigos que dicen haber visto al menos al “Gaita” Hervida y a otro joven manoseando a la mujer.

“Lo último que me acuerdo es que vino uno de los entrenadores (Facundo Biffi, titular de la DEIE) y me dijo: ‘¿No vas a bailar este tema que es el tuyo?’. Así que charlamos, le enseñé el pasito y me acompañó a bailar en la ronda. Alguien me convidó un toc-toc y después otro chico me preguntó qué estaba tomando y le dije que un daiquiri de frutilla, por lo que me trajo uno. Ahí estuvo mi error, en confiar en lo que me convidaron”, contó la joven, quien asegura que al otro día terminó hablando con Hervida, pero que habían muchas contradicciones en el relato que le hacía. Por eso, decidió llamar a uno de los supuestos abusadores, quien le confirmó que habían tenido sexo, que la vio tendida en la cama de la habitación y que estaba un poco mareada.

El caso es de tal complejidad y con dificultades en las pruebas, que en la Justicia hay voces encontradas sobre el final que tendrá esta dura historia. Lo sorprendente es que se trata de un nuevo hecho de ataques contra mujeres que salpica a la política mendocina. No sólo en enero renunció el ministro de Salud, Rubén Giacchi, por golpear a su pareja, Laura García, sino que un legislador justicialista, Mario Díaz, titular de la Bicameral de Seguridad, fue denunciado por su ex esposa por violencia de género.