La Sala de Feria de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional revocó la sentencia del Juzgado Criminal de Instrucción N°38, por el cual se había declarado inimputable a Mariano Alejandro Bonetto y ordenado la internación durante 25 años en el sector correspondiente al Programa Interministerial de Salud Mental Argentino (PR.I.S.M.A.) del Complejo Penitenciario Federal N°1 de Ezeiza.
El hombre de 27 años está acusado del asesinato de Nuria Belén Couto y Natalia Grebenshchikova, cometido el 11 de octubre cerca de las 16:00 en la Plaza Irala del barrio porteño de La Boca.
Los jueces Carlos Alberto González y Juan Esteban Cicciaro consideraron que “resultan atendibles” las críticas formuladas por la querella y el Ministerio Público: “Es que de la propia experticia surge expresamente que para su elaboración se tuvieron en cuenta los antecedentes familiares y personales referidos por el propio encausado y su grupo familiar ‘no acreditándose la veracidad'” de los mismos.
Los camaristas subrayaron además tampoco que al momento de expedirse “los facultativos contaron con antecedentes médicos” del acusado “previos al momento del suceso, tal como lo indicó el fiscal general [Mauricio Viera] en la audiencia oral”. Por último, la Sala de Feria dispuso que “es preciso escuchar en sede judicial tanto a los preventores como a los médicos que asistieron inicialmente” a Bonetto.
“Soy víctima de mi propia mentira”
Los jueces de alzada incorporaron a su resolución un elemento que no había sido analizado por la fiscal de la Fiscalía de Distrito del Barrio de la Boca, Susana Calleja, en su recurso ni por la querella e incluso por la propia defensa del acusado: una carta manuscrita firmada por Bonetto el 4 de enero en la que pide ser reevaluado y “sacado de PRISMA y ser alojado en un pabellón común”.
En el texto dirigido a la jueza Wilma López, Bonetto afirma ser víctima de su “propia mentira”, que “bajo los efectos del miedo a ser puesto en juicio y condenado” mintió para ser declarado inimputable y que “en nombre de la justicia de una causa de la que a la luz de los hechos y del tiempo transcurrido” se siente “absolutamente culpable”.
“No fui inducido por ningún demonio a ejecutar mi plan de asesinar, lo hice porque era mi voluntad más profunda en ese momento, nada puede hacerse sin el consentimiento de uno mismo”, indicó el acusado del doble crimen de La Boca.
En la misiva dirigida a la magistrada, Bonetto le ruega a la juez “que atienda” su reclamo y reconoce que “todo esto suena un poco raro porque va ‘en contra de los intereses normales pero es la verdad que sale” de su “corazón”.
El doble crimen
El 11 de octubre, alrededor de las 16:00, Bonetto asestó 17 puñaladas en diversas partes del cuerpo a Nuria Belén Couto con una navaja de 23,2 centímetros de largo. La joven murió el 5 de noviembre en el Hospital General de Agudos Dr. Cosme Argerich. La autopsia determinó que el fallecimiento fue causado por las heridas recibidas en órganos vitales como el hígado, páncreas, riñones, estómago, colon e intestino delgado.
Luego de apuñalar a Couto, Bonetto intentó hacer lo propio con Martín Ranrroc, quien la acompañaba. Sin embargo, logró escapar.
Los camaristas destacaron en su fallo que al no lograr darle alcance, “decidió cambiar intempestivamente su objetivo, para tomar por la espalda a Natalia Grebenshchikova, quien se hallaba en el predio junto a un grupo de amigos, propinándole cuatro puñaladas en el abdómen, tórax y dorso -a la altura de la médula-“. La segunda víctima murió el 24 de noviembre en el mismo centro de salud porteño.
Los amigos de la joven y otras personas que vieron el ataque intentaron detenerlo “lanzándole piedras y botellas”. Uno de esos proyectiles impactó en la cabeza del acusado “por lo que cayó al piso, donde recibió varios golpes de puño y puntapiés”.
Los jueces concluyeron el relato con la escena que trascendió en los medios de comunicación al día siguiente: “Al dispersarse la multitud, Bonetto tenía la cuchilla clavada en el sector lateral derecho de su cabeza”. (fiscales.gob.ar)