Encañonan a una nena de 8 años y se llevan 2 millones de pesos

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Una nena de ocho años jugaba en el patio de la casa de sus abuelos cuando, de repente, tres delincuentes aparecieron por una pared medianera. La agarraron del cuello y le apoyaron un arma en la cabeza para alertar a su familia. Era el comienzo de un robo violento y con un botín sin precedentes en hechos de este tipo: según los damnificados, los ladrones huyeron con dos millones de pesos.

Aunque ocurrió el sábado a la tarde, aproximadamente a las 15, trascendió en las últimas horas. Pareció haber jugado a favor de los ladrones que “mucha gente de la zona” de 20 entre 59 y 60 está de vacaciones: nadie detectó al grupo subido a los techos ajenos para luego acceder al chalet, publica el diario El Día.

Cuando su mamá y su abuela vieron a la niña sometida, salieron al parque y también fueron abordadas por los delincuentes. A la mayor de ellas le pegaron un culatazo en la cabeza. Como si no hubieran sido suficientes muestras de una violencia abrumadora, durante el asalto también hubo amenazas de muerte constantes, según contó un familiar de las víctimas.

Carlos Giménez, el dueño de la casa, es propietario de tres estaciones de servicio de la Región: una en San Carlos, otra en Villa Elvira y una tercera en Olmos.

En su domicilio había “dos millones de pesos que eran para pagarle a los proveedores de gas. Es plata que en mis manos dura muy poco”, aclaró el comerciante, en diálogo con este medio.

Aparentemente, los delincuentes sabían que se encontrarían con esa cantidad de efectivo. No sólo dijeron que la familia había sido “vendida” por alguien, sino que reclamaron esa suma con insistencia.

“Lo mejor que pudo hacer ella fue darles todo”, ratificó Giménez, refiriéndose a su esposa. Según comentó un allegado suyo, también se robaron algunas pertenencias de valor. Entre 20 minutos y media hora fue la duración estimada del episodio. Además de juntar todos los billetes, los asaltantes se aseguraron de dejar la menor cantidad de rastros, porque “se robaron la base de datos” de las cámaras de seguridad que hay en la casa, según confirmó el comerciante. Como actuaron a cara descubierta, esa pareció ser la manera que encontraron -y planificaron- los asaltantes para salvarse de ser identificados.

A lo último, dejaron encerradas a las tres víctimas, “se llevaron las llaves y se fueron caminando por la puerta”, según se supo. En un auto que hasta el momento no fue identificado, la banda escapó en dirección incierta, y con la aparente compañía de entre uno y dos cómplices que monitorearon todo desde afuera.