El policía bonaerense que mató a tiros a dos efectivos de la Policía Federal durante una discusión frente a una panadería del barrio San Carlos, en el partido de La Matanza, fue indagado por el fiscal Jorge Yametti.

El representante del Ministerio Público indagó esta tarde al imputado, quien dijo que les dio tres tiros a cada de uno de los policías porque uno de ellos lo apuntó con un arma de fuego.

El hecho ocurrió pasadas las 21 de anoche en Cristianía y Monte Egmónt, en esa localidad del oeste del conurbano bonaerense y las víctimas fueron identificadas como Juan Carlos González (41), quien se desempeñaba en la Superintendencia de Drogas Peligrosas, y Carlos Andrés Oxance (40), quien estaba en División Custodia y Objetivos Especiales.

En tanto, el teniente Fernández quien presta servicios en la comisaría Noroeste 5a. de Don Bosco, quedó detenido por el delito de “doble homicidio agravado por el uso de arma de fuego”.

Una de las hipótesis que manejan los pesquisas es que el episodio se produjo cuando el bonaerense le fue a recriminar a González una amenaza anterior que había sufrido en su casa el mes pasado, y que se había originado por un accidente de tránsito.

Fuentes policiales y judiciales informaron a Télam que todo ocurrió ayer cuando el policía Oxance se hallaba en la puerta de su panadería llamada “El Sembrador”, conversando con su amigo y compadre, González, quien además posee un lubricentro a pocas cuadras de allí.

En ese momento, caminando, apareció Fernández empuñando un arma de fuego, con la cual amenazó a González y le disparó antes de que pudiera defenderse.

Oxance, al ver lo que estaba ocurriendo, pretendió intervenir y evitar el crimen, pero recibió también varios disparos y cayó mal herido al piso.

Vecinos y otros comerciantes que escucharon los gritos y los disparos llamaron de inmediato a la policía mediante el servicio de emergencias 911, por lo que varios patrulleros de la comisaría de Isidro Casanova se dirigieron al lugar.

Los dos hombres baleados murieron en el acto, a pesar de que los médicos que llegaron pocos minutos después pretendieron reanimarlos.

“Cuando llegué al lugar y me entrevisté con Fernández me dijo que se quedó en el lugar porque fue víctima de la situación y que fue legítima defensa porque los dos policías de la federal sacaron sus armas y quisieron dispararle”, dijo sobre su declaración un jefe policial que participa de la pesquisa.

Sin embargo, los peritos determinaron que González tenía su arma guardada, es decir que ni siquiera llegó a defenderse, y que el arma de Oxance no fue encontrada en el lugar.

“Andrés era un excelente hombre y padre de familia que no tenía problema con nadie y en el barrio lo querían todos. Tratamos de ayudar pero se nos murieron en la vereda”, dijo esta mañana a Telam un remisero llamado Néstor.

Los investigadores determinaron luego que Fernández y González ya se conocían de antes y que ambos estaban imputados en una causa por amenazas recíprocas ocurrida el 10 de septiembre en la puerta de una casa en Isidro Casanova, que tiene a su cargo la UFI 5 de La Matanza, a cargo del fiscal Juan Diomede.

Ese día, Fernández se hallaba en su casa de Jean Jaures al 5900, de La Matanza, cuando un auto Fiat Siena con tres hombres a bordo se detuvo frente a la puerta.

Uno de los hombres era González, quien se hallaba acompañado por otro policía de la Federal y uno de la Metropolitana, y amenazaron a Fernández, dijeron las fuentes.

“Fernández había protagonizado un accidente de tránsito con otro vecino que derivó en un problema económico porque uno le exigía al otro el pago de los arreglos del auto. Este vecino le pidió a González, que era su amigo, que fuera a apretar a Fernández para que no lo molestara más”, dijo a Télam un investigador policial.

En esas circunstancias, Fernández también sacó su arma y se originó una fuerte discusión en la que intervinieron los vecinos y aparecieron varios patrulleros.

Tanto el bonaerense, como el Federal y sus dos amigos también policías, terminaron todos en la comisaría de Don Bosco, en La Matanza, y la Justicia inició una causa por “amenazas recíprocas” y dispuso que se le saquen las armas a todos los involucrados.

“Sin embargo, días después, como la causa no avanzó, Fernández fue reincorporado y se le volvió a dar el arma reglamentaria”, explicó el jefe policial consultado.

Un vecino contó esta mañana que tras ese episodio, el policía bonaerense juró venganza y ya le había anticipado a amigos que se iba a vengar de González por las amenazas que había recibido en su casa.

“Yo cuando me enteré que habían asesinado a Juan supe que el que lo había matado era Fernández. Acá ya sabíamos todos que esto iba a pasar”, dijo el hombre.

Esta tarde, la suegra de González dijo a Télam que el homicida “tenía muchos problemas psicológicos e igual tenía un arma de fuego que le entregó la Policía”.

“Mi yerno era un excelente hombre, era un excelente padre de dos hijos”, se lamentó.