La mujer calcinada que fue hallada el 26 de agosto dentro de una valija a la vera de la ruta 2, en la ciudad bonaerense de Dolores, era María Cecilia “Tati” Caviglia, la dueña de un hostel del barrio porteño de San Cristóbal que había desaparecido un día antes.
Fuentes policiales y judiciales informaron que por el hecho, el juez de instrucción Pablo Ormaechea ordenó la detención del encargado de fin de semana del alojamiento y de otro sospechoso del entorno de éste último.
Caviglia (50) fue identificada en las últimas horas gracias a un cotejo dactiloscópico realizado por peritos de las policías Federal (PFA) y bonaerense.
Los expertos de la División Necropapiloscopía de la Superintendencia de Policía Científica bonaerense lograron recomponer los tejidos de las manos del cadáver calcinado y pudieron recuperar cuatro huellas de esa persona.
A pedido de la fiscal de instrucción porteña 32, Ana Yacobucci, quien tiene a su cargo la causa por el paradero de Caviglia junto con Ormaechea, los peritos de la PFA cotejaron las fichas dactiloscópicas de la desaparecida con esas cuatro huellas de la mujer NN de la valija y el resultado fue positivo.
Junto a Caviglia, también fue considerado desaparecido un empleado suyo de confianza, Ezequiel Víctor Blanco (28), quien se encargaba de atender el hostel “La Casa de Tati” y limpiar los fines de semana y para los investigadores del caso es el principal sospechoso.
Cuando le tocaba trabajar, Blanco vivía en el mismo hostel, ubicado en avenida Independencia 1636 de San Cristóbal, que también funciona como salón de baile de tango y otros ritmos y es uno de los sitios que suelen frecuentar turistas y habitués del circuito de la milonga porteña.
Si bien sus allegados creían que había desaparecido con Tati, una fuente judicial aseguró que Blanco se presentó el 2 de septiembre en la Cámara del Crimen y denunció: “Yo sé que hubo un homicidio en Independencia 1636”.
Luego, el joven desapareció y tras la identificación de la víctima, el juez Ormaechea pidió su captura y la de otro joven de su entorno.
En tanto, la fiscal envió a la Unidad Criminalística al hostel, donde se encontraron manchas de sangre y signos de lucha que hacen creer que allí podría haber ocurrido el homicidio.
Una de las hipótesis que se manejan es que la dueña del hostel fue asesinada luego de un robo, ya que amigos de la víctima que concurrieron a la casa tras su desaparición dijeron que faltaban joyas y dinero.
“Yo estaba de vacaciones y cuando llegué el domingo la gente (del barrio) estaba conmocionada. No sabemos el motivo por el que desapareció. Ella era una excelente persona, no sé por qué la calcinaron así en la valija”, dijo a la prensa una vecina llamada Hortensia.
Agregó que el encargado trabajaba en el lugar desde hacía unos tres años, donde “Tati” le daba vivienda y dinero por el empleo.
Según sus allegados, Caviglia fue vista por última vez la noche del 25 de agosto y el cadáver apareció calcinado y con puñaladas en el cuello y en el tórax unas horas más tarde, a las 3.30 de la madrugada del 26 en Dolores.
La denuncia por su desaparición fue radicada en la comisaría 18 porteña por una amiga que al día siguiente estaba preocupada porque la víctima no solía ausentarse sin avisar y no se conectaba al Whatsapp desde las 9.30 de la mañana, al igual que sucedía con Blanco.
Luego, se notificó al Sistema Federal de Comunicaciones Policiales (Sifcop) y a la división Búsqueda de Personas de la PFA, que relacionó su desaparición con la mujer hallada calcinada en Dolores y sugirió realizar los cotejos de huellas dactilares y dentales, que fueron coincidentes con Caviglia.
Mientras tanto, los amigos y allegados de Caviglia organizaron en las redes sociales una campaña para dar con el paradero de la dueña del hostel y de su empleado con el hashtag #BuscamosATati.
La fiscal Yacobucci puso a trabajar en el caso a los detectives de la División Homicidios de la PFA y le pidió a su colega de Dolores, Gustavo García, que se declare incompetente y le envíe la causa, ya que todo indica que el homicidio fue cometido en territorio porteño.