La Sala B de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil está maniobrando para forzar la “revinculación” de dos niñas menores de edad que, según denunciaron ellas mismas, fueron reiteradamente abusadas por su padre, actual fiscal federal, con causas políticamente delicadas en sus manos.
El caso es de tal gravedad que vulnera el más mínimo sentido de justicia. La madre se enteró del abuso cuando llevó a su hija de entonces tres años al médico porque tenía dolores y le anunciaron que hace apenas cinco horas había sido abusada sexualmente.
El fiscal federal estuvo ocho años procesado por el abuso sexual de sus hijas, aplastado por una gran cantidad de pruebas. Los abogados de la madre sostienen que la Cámara Gesell de las niñas es estremecedora. Además, el Cuerpo Médico Forense constató lesiones compatibles con abuso sexual.
Sin embargo, gracias a sus contactos el fiscal federal logró trasladar la causa a la Capital –la familia es del interior de la provincia de Buenos Aires-, donde tenía sus principales contactos judiciales, Así, finalmente en un fallo dividido logró ser sobreseído porque existían “dudas” sobre su culpabilidad.
Pero logrado esto, el fiscal federal fue por más y accionó en la justicia para forzar la “revinculación” de sus hijas. Esto es que la justicia las obligue a hacer lo que ellas sensatamente no querían: Volver a tener una relación con el hombre acusado de abusarlas.