El ex presidente y actual senador nacional Carlos Saúl Menem declaró hoy por primera vez como testigo en la causa en que se investiga el atentado terrorista a la mutual judía, que en 1994 causó 85 muertos y que sigue impune.
Fuentes judiciales informaron que a las preguntas que le formularon los fiscales de la Unidad AMIA, Roberto Salum, Sabrina Namer y Leonardo Filippini, el ex mandatario aclaró inicialmente que “no” iba “a responder”.
Pero ante la advertencia de los funcionarios del Ministerio Público de que podría ser considerado un testigo reticente, y tras un cuarto intermedio, el ex jefe de Estado empezó a contestar: “No recuerdo”.
La audiencia transcurrió durante una hora y media en la oficina de la Cámara Alta que ocupa Menem, quien estuvo acompañado por sus abogados, Pedro Baldi y Omar Daer, más los letrados Juan Gabriel Labaké y Horacio Etcheverry.
“Menem insistió con que se remitía al escrito que presentó al juez federal de San Nicolás Carlos Villafuerte Ruso”, confiaron las fuentes.
En aquel escrito el senador dio una difusa versión sobre la muerte de su hijo Carlos, en 1995, al asegurar que su ya fallecido ex canciller Guido Di Tella le dijo que “por lo que había escuchado en embajadas extranjeras, el (grupo terrorista) Hezbollah” lo mató.
Y también habría testificado que la muerte del muchacho fue “el tercer atentado”, tras los ataques terroristas a la embajada de Israel, en 1992, y a la AMIA, según reveló Daer a la salida de aquella audiencia, también en el Senado.
Menem está procesado en una parte de la causa AMIA: se trata del expediente que investiga el encubrimiento de la investigación y que esta siendo ventilado desde el año pasado en un juicio oral.
Menem está acusado de haber ordenado el desvío de la llamada “pista siria”, cuando apenas sucedió la voladura de la mutual judía la investigación se orientó hacia un Alberto Kanoore Edul, un ciudadano sirio oriundo del mismo pueblo de la familia del ex presidente.
Cuando el 3 de setiembre pasado el Tribunal Oral Federal 2 le preguntó si iba a declarar (algo a lo que como imputado podía negarse), Menem optó por el silencio por consejo de sus abogados.
Precisamente su defensa había intentado impedir esa declaración amparándose en el secreto de Estado porque, con sus dichos, a su criterio, el ex mandatario podría afectar “los intereses del Estado argentino” y hasta provocar “el rompimiento de la convivencia pacífica” con otras naciones.
Menem tiene una condena a siete años de prisión por el contrabando de armas a Croacia y Ecuador, que hasta ahora no cumple porque el Senado no aprobó su desafuero. También fue condenado a cuatro años y medio de cárcel por el pago de sobresueldos durante su mandato.