El único sospechoso de haber abusado sexualmente a dos mujeres en el partido bonaerense de General Rodríguez fue liberado este jueves luego de que las víctimas no lo reconocieron en la rueda de personas, informaron fuentes judiciales.
Además, otras dos mujeres que habían sido violadas en el mismo distrito de la zona oeste del Gran Buenos Aires tampoco reconocieron al ex convicto de 37 años, quien quedó en libertad.
Con ello, ya son cuatro las víctimas que denunciaron haber sufrido abusos sexuales, dos de ellas ante el fiscal Pablo Vieiro y las otras ante su par Alejandra Rodríguez, ambos del Departamento Judicial Mercedes.
Fuentes judiciales informaron a Télam que si bien los cuatro abusos investigados fueron cometidos en el partido de General Rodríguez para los pesquisas no creen que se trate del mismo violador.
Ayer a la mañana, una joven de 18 años y otra mujer de 35 no reconocieron al detenido como su agresor y por la tarde tampoco lo hicieron las otras dos víctimas de la causa por “abuso sexual con acceso carnal”, a cargo de la fiscal Rodríguez.
Según las fuentes, esta fiscal investiga las violaciones a dos mujeres mayores de edad, una de las cuales fue atacada hace tres meses y otra hace menos de un mes.
Ante esta situación, el fiscal Vieiro dispuso liberar al sospechoso, ya que no fue reconocido como el agresor, ni por sus características físicas ni por la voz.
Es por ello que ambas fiscalías continúan sus investigaciones de forma paralela debido a que el modus operandi de los violadores no coincide en las causas que investigan.
“Las víctimas nos dan un acercamiento bastante particular respecto de la fisonomía (del abusador) pero hay que comprender que la percepción en un grado de conmoción producto de un hecho de esta naturaleza es menguado de lo que podía ser de una situación normal”, dijo a Télam el fiscal Vieiro.
El fiscal se refirió en este sentido sobre la posible confección de un identikit que por el momento no se realizará.
Sin embargo, el titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 9 descentralizada en Luján describió al violador como “un joven de tez trigueña y de contextura física delgada”.
“La persona que teníamos con la sospecha de autoría tiene treinta y siete años y de acuerdo a lo manifestado por las víctimas estaríamos en presencia de un sujeto un poco menor”, aseguró.
El fiscal Vieiro convocó “a toda la ciudadanía de General Rodríguez” con el fin de que “cualquier circunstancia que pueda advertir en la vía pública que pueda significar algún hecho que llame la atención como una exhibición obscena de parte de algún sujeto masculino no dude en seguida de comunicarse con la central de emergencias” 911.
Además, el representante del Ministerio Público contó que se adoptaron “todas las medidas para preservar la seguridad en la vía pública” en General Rodríguez.
Una de las víctimas que se identificó con el nombre de Sandra contó ayer a la prensa que el miércoles 27, alrededor de las 5.20, estaba yendo a la casa de su hermana, situada a 13 cuadras de la suya en el barrio Villa Angela.
“Cuando faltaban cinco cuadras para llegar, en Frondizi y Pueyrredón, un hombre me agarró de atrás, me hizo cruzar de calle, me pidió todas las cosas, saqué plata de los bolsillos y me llevó al campito”, relató la joven.
De acuerdo a su testimonio, el presunto delincuente le dijo que se “tire al piso”, por lo que ella le pidió “por favor” que la dejara sentar y le aclaró que no se iba a resistir.
“Me pidió el celular, que le saque el chip y la tarjeta de memoria, se lo saqué y le di el teléfono. Empezó a revisar mi cartera, me dijo que había salido de la cárcel, que hacía eso porque tenía hijos que mantener, le dije que no había problemas que nada más me quería ir”, recordó la víctima.
La joven aseguró que el hombre le revisó “los bolsillos de adelante del pantalón” y le levantó “la remera para ver si tenía plata en el corpiño”.
“Me dijo que tenía un arma y no tenía miedo de volver a la cárcel. Me preguntó mi edad y le dije que tengo dieciocho, me hizo tirar boca abajo y me dijo que se iba a ir pero se me tiró encima”, señaló.
Según Sandra, cuando el agresor se le tiró encima, ella le pidió que por favor no le haga nada y el hombre le respondió que no le “iba hacer nada”, que solamente la “quería besar y tocar adelante” suyo.
“Me dio un beso en la espalda, me moví para sacarlo, me pegó una piña en la cabeza y me agarró del cuello para que me quede quieta. Me dio un beso en el cuello, me vuelvo a mover y me agarra de la boca y la nariz para que no respire”, indicó.
En ese momento, el abusador le empezó a bajar los pantalones, por lo que la joven empezó a resistirse “del todo” y a “rasguñarlo”.
“Lo agarré de la cara, del pelo, pero no sirvió de nada porque tenía más fuerza que yo. Me asfixió hasta dejarme inconsciente y me habré despertado a los quince minutos con los pantalones bajos y vi que mi cartera estaba tirada ahí con las cosas”, añadió Sandra.
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