La enfermera de Claudia contó que ella le “decía que veía gente muerta”

1552

Claudia Ercoreca (39), acusada de matar a su madre y abandonar el cuerpo en un departamento de Ramos Mejía, ayer continuaba alojada en el neuropsiquiátrico Melchor Romero a la espera de nuevas pericias, que deberán concluir si comprendió sus actos al momento de los hechos o si es inimputable. Una primera evaluación consideró que padece “síndrome delirante alucinatorio” y que es “peligrosa para sí y para terceros”. Mientras tanto, apareció en escena una nueva protagonista en la intrincada trama: una enfermera apuntada por la defensa de la detenida.

Se trata de Patricia Navarro, quien estuvo a cargo del cuidado de Lira Facchin (76), publica el diario Clarín. La defensa de Ercoreca deslizó el jueves que Navarro y Germán Fitzi (30), pareja de la acusada, “están vinculados” y “ya se conocían”, porque ambos practicaban ritos umbandas.

“Me señalan a mí porque les presté la oreja y no debería haberlo hecho. Claudia no tenía amistades, ella vivía en una ilusión. Y en este último tiempo era demasiado evidente (que padecía delirios). La familia de Germán era consciente de lo que estaba pasando”, describió ayer Navarro a C5N. Y agregó: “( Claudia) Tenía alucinaciones, decía que veía gente muerta”.

Según la investigación judicial, Ercoreca dejó morir a su madre al encerrarla en su casa, tirada en un colchón, sin agua ni comida. La enfermera fue lapidaria con Claudia. “Ella no quería que la madre se quedara en la casa”. Navarro también describió que Fitzi vivía “sometido” a su pareja: “Ella lo dominaba mucho”, contó.

Según dijo Navarro, ella empezó a trabajar en el cuidado de Facchin a finales del año pasado. “A mí me contratan el 17 de diciembre a través de la obra social, pero a ellos no los conocía. La primera vez que fui a la casa estaban Claudia y Germán. Yo no sabía con que me iba a encontrar. Y me encuentro con una persona lesionada, llena de moretones, que no podía hablar, no podía comer: Lira era un cuerpo tirado en una cama. Ella no se acordaba nada de lo que había pasado”, explicó la enfermera.

Jorge, el padre de Fitzi, aseguró ayer que Navarro es un personaje clave en la trama y deslizó que estuvo relacionada con la muerte de Facchin y la posterior desaparición de su hijo, su nuera y sus nietos.

Pero Navarro se defendió apuntando sus dardos contra Claudia. “La únicas imágenes que había en la casa eran las que ella ya tenía, que decía ser tarotista, vidente, que tenía premoniciones, que leía las manos. A mí me vino con eso y le pasé un parte a mi encargada, a quien le advertí que Claudia no estaba en condiciones de poder cuidar a la madre y sus dos hijos, pero la obra social no se lo cubría”, aseguró la enfermera.

Navarro aseguró que la acusada solía frecuentar a un curandero y que pensaba que sus suegros le habían hecho un “trabajo”. Eso, incluso, habría motivado una discusión entre el matrimonio, poco antes de que cortaran todo vínculo con su familia. “Ella decía que había un cuadro de la casa del que entraban y salía gente. Y le pidió a Germán que lo devolviera a la casa de sus padres”. Pocos días después, Ercoreca desapareció junto a su pareja y sus dos hijos, de 2 y 3 años. Los encontraron el martes en la terminal de micros de Santa Teresita. Dos días antes, la Policía había hallado el cuerpo de Facchin.