Santa Fe: tirotearon una casa y mataron a una nena de 11 años

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“Las balas eran para mí”. Marcos Gorondon describió así el ataque que terminó con la muerte de su hermana Melani, de 11 años, cuando estaba sentada en la puerta de su casa, en el barrio Schneider, al oeste de la ciudad de Santa Fe. Era domingo por la tarde y la sensación térmica había llegado a los 50 grados centígrados. La chica recibió un disparo en la cabeza y fue llevada al Hospital de Niños. Allí la operaron, pero no resistió.

Según publica el diario Clarín, se trató de una pelea entre bandas. Momentos antes del ataque, Melani se había cruzado a una casa vecina a refrescarse en una pileta de lona. Al rato regresó y le pidió a su padre que le comprara un jugo helado. Fue en ese momento que aparecieron dos jóvenes en moto, a cara descubierta. Uno de ellos se bajó y vació el cargador de su arma contra el grupo familiar, que corría para cubrirse.

Su papá le gritó para que se resguardara. “No papi, ya me pegaron”, le contestó como pudo. Un proyectil le había impactado en la cabeza. Los médicos del Hospital de Niños Orlando Alassia lucharon por salvarle la vida con una compleja operación, pero el cuadro era de tal gravedad que la chica murió horas más tarde. Su hermano Marcos admitió que el ataque estaba dirigido a él. Su cuerpo está marcado por las cicatrices de cinco heridas de bala de otros episodios violentos.

La Policía tomó testimonios a los familiares y vecinos que no dudaron en apuntar a “Tatú” y “Brian”, dos peligrosos jóvenes que hacen estragos en la zona y que pertenecerían a una banda que actúa cometiendo diferentes delitos por esos lugares del noroeste de la ciudad con total impunidad.

A raíz de esto, los efectivos policiales iniciaron la búsqueda de los sospechosos con un despliegue de allanamientos en diferentes puntos de la ciudad. Finalmente ayer, por la mañana, lograron capturar a “Tatú”, de 20 años, quien habría sido el autor de los disparos que terminaron con la vida de Melani.

Antes del mediodía, otro hecho violento sacudió al barrio Arenales, en el suroeste de la ciudad. Dos chicos de 11 y 13 años fueron heridos de bala cuando jugaban al fútbol en un campito y quedaron en el medio de un tiroteo entre bandas antagónicas que pujan por el control del territorio.

Fuentes policiales puntualizaron que los dos menores fueron derivados al Hospital de Niños, donde quedaron internados: uno con heridas en una pierna y otro en un brazo.