Detienen a un policía por el brutal crimen a Fernando Leguizamón

1398

Fernando Leguizamón, de 21 años, fue asesinado de un preciso disparo en la nuca cuando reclamaba por lo que era suyo, aunque ese día hubo más de diez tiros. Fue en diciembre del año pasado en General Villegas, un barrio pobre de La Matanza.

Ahora fue detenido un policía bonaerense acusado de haber participado en el homicidio. La Justicia aún busca a su hijo, que sigue prófugo. La víctima tenía un nene de cuatro años y su mujer estaba embarazada de pocos meses cuando lo mataron.

Ese día, el 18 de diciembre, Fernando había comido un asado en lo de su padre y, poco más tarde, caminó algunas cuadras para ir a ver a su hijo. Al llegar a lo de su pareja, se encontró envuelto en medio de una fuerte pelea.

Camila, su mujer, acusaba a los gritos a su cuñado de haber entrado a robarle a la casa. Lo que más le dolía era el nebulizador de su hijo y quería recuperarlo. Fernando no pudo más que intervenir e incluso una versión sostiene que sacó una navaja. Pero todo terminaría en tragedia y él se llevaría la peor parte.

La discusión subió de tono y al bando contrario se sumaron la abuela del concuñado (que es vecina de Camila y también está sospechada por venta de droga) y el policía de la Bonaerense, que estaba ahí porque lo habían invitado a comer. Al ver que corría peligro, y que su pareja y su hijo habían quedado atrapados adentro de la casa, Fernando salió corriendo a buscar a un tío suyo que también vivía en el barrio para que lo ayudara a sacar a su familia de allí.

“Mi hermano agarró la camioneta y, cuando estaban llegando a lo de mi nuera, en la rotonda de la calle 800, se encontraron con un grupo de chicos que empezaron a pegarle con fierros”, relató a Clarín el padre de la víctima. Fernando bajó del vehículo y fue atacado a golpes y patadas por la patota. Enseguida arrancaron los tiros.

La víctima intentó refugiarse detrás de la camioneta (que recibió diez disparos), pero en la corrida recibió un balazo en la cabeza. Cuando ya estaba en el piso, siguieron pegándole.

Luego del homicidio, los familiares de Fernando tuvieron que mudarse porque empezaron las amenazas. Ellos aseguraban que entre los asesinos había un policía en actividad y gente vinculada a la droga. La investigación del fiscal Carlos Arribas, de la UFI de Homicidios de La Matanza, les dio la razón.

El policía acusado de haber participado en el crimen fue identificado como el teniente Mariano Gustavo Silva, de 43 años, alias “Tavi”, quien cumplía tareas en el Comando de Patrullas de La Matanza. El oficial estaba con licencia médica, pero en actividad.

La semana pasada, luego de un trabajo de inteligencia, fue arrestado en su casa por personal de Gendarmería. En el lugar se secuestró un arma calibre 9 milímetros, una escopeta calibre 32 y municiones de todo tipo. “El trabajo de investigación lo hizo la propia Gendarmería, porque había personal policial involucrado. Identificaron la casa y otros lugares en los cuales podía llegar a estar el acusado y hubo allanamientos. Sabíamos que era un pesado”, dijo una fuente del caso a Clarín.

El fiscal Arribas emitió orden detención para el teniente y su hijo, que todavía no pudo ser hallado: la Justicia tiene previsto expedir la captura internacional si no aparece en los próximos días. Silva fue indagado y quedó imputado de “homicidio agravado”. “Después del crimen él siguió trabajando, imaginamos que no estaba al tanto de que estaba siendo investigado. Al ser indagado dijo que lo vio a Fernando aquel día reclamando por el nebulizador, pero que no lo conocía de antes”.

También sostuvo que vio gente corriendo, pero que no sabe qué fue lo que pasó, que cuando él salió de la casa ya se había terminado todo”, agregaron los voceros. Además de “Tavi” y su hijo, los investigadores tienen identificado a un tercer joven, que continúa libre. “Varios testigos vieron a Silva disparar. Y hay una coincidencia de calibre entre el proyectil que se extrajo del cuerpo de la víctima y una munición hallada su domicilio”, concluyeron las fuentes.