Un cuidacoches está en coma luego de recibir fuertes golpes en la calle

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Claudio Mauricio Porto tiene 28 años y se gana la vida como cuidacoches en el centro de la ciudad de Rosario. El sábado a la noche, contaron sus familiares, fue atacado con brutalidad cuando intentó evitar que un hombre abriera una puerta de un auto con la intención de robar elementos del vehículo. A raíz de la golpiza que le asestó el ladrón se encuentra internado en grave estado en la sala de terapia intensiva del Hospital de Emergencias Clemente Alvarez.

Según publica el diario La Capital de Rosario, Porto está casado y tiene tres hijos, un nene de 6 años, una nena de 4 y un bebé de 7 meses. Dos años atrás comenzó a trabajar como cuidacoches en la zona de Balcarce y Tucumán porque no conseguía empleo ya que, según contó su madre Gladys D’Angelo ayer en la sala de espera del Heca, “no terminó la secundaria”. Cerca de las 19.30 del sábado, como lo hacía habitualmente, salió de su casa de villa Banana para comenzar con su tarea que se extendía hasta las 7 del día siguiente.

El domingo Porto planeaba ir a almorzar con su esposa y los hijos a la casa de sus padres. “A las 11 de la mañana le mandé un whatsapp a mi nuera diciéndole que si Mauri estaba muy cansado no viniera a comer con nosotros, pero me llamó la atención que no me contestara. Y cuando mi otro hijo estaba desmenuzando un pollo para hacerlo a la parrilla, llegó el esposo de la cuñada de Mauri para avisame que estaba inconsciente y que no podían hacerlo reaccionar”, relató Gladys.

Ante la novedad, la mujer fue a la casa de su hijo. Apenas llegó lo encontró en muy mal estado. “Tenía la respiración burbujeante. Le tomé el pulso y casi no tenía. Además tenía un sangrado interno de la boca hacia afuera, el tamaño de las manos eran el doble y las palmas estaban negruzcas. Estuvo muchas horas sin oxígeno. En un primer momento, la esposa no se dio cuenta porque después de trabajar dormía hasta el mediodía, pero después le llamó la atención que no se quejara cuando lo zamarreaba. Entonces empezó a tocarlo y, cuando se le cayó la mano, fue hasta la casa de la hermana a pedir ayuda”, contó Gladys.

Apenas lo vio, la madre de Claudio presumió que había sufrido una conmoción cerebral. “Lo lateralicé y le dije a mi nuera que no lo soltara para que no se muriera asfixiado. Salí a buscar ayuda y, en menos de diez minutos, lo llevaron al hospital Carrasco”, recordó. El médico que lo atendió allí le dijo a Gladys que había ingresado en estado de coma.