Pidieron diez años para el novio de Mónica Farro

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Foto PSA

Una fiscal federal de Bahía Blanca solicitó hoy la pena de 10 años de prisión para el empresario Juan Ignacio Suris, novio de la vedette Mónica Farro, al acusarlo de ser el jefe de una banda dedicada al narcotráfico en esa ciudad del sur bonaerense y sus alrededores.

Además, la fiscal federal María Cristina Manghera pidió penas de entre 6 y 10 años de cárcel para las otras diez personas, entre ellas dos mujeres, sometidas a juicio junto a Suris por el delito de “comercialización de estupefacientes agravado por la participación de tres o más personas”.

En tanto, el defensor oficial José Ignacio Pazos Crocitto solicitó luego al Tribunal Oral Federal bahiense, integrado por los jueces Juan Leopoldo Velázquez, Raúl Fernández Orozco y Beatriz Elena Torterola, la absolución del empresario al considerar que no es “narco” sino un “pelagatos”.

Los alegatos comenzaron esta mañana cuando la fiscal sostuvo que quedó “acreditado” que en Bahía Blanca y en la localidad de Darregueira, con anterioridad al 14 de diciembre de 2013, “los hoy imputados integraban una organización dedicada a la comercialización de estupefacientes, cumpliendo todos ellos una actuación coordinada que respondía a un plan común con sus respectivos roles y funciones”.

Junto a su novia Mónica Farro
Junto a su novia Mónica Farro

Para la representante del Ministerio Público, este plan fue “supervisado por Juan Suris, quien resultaba el jefe indiscutido de ésta organización delictiva”. Por ello, la fiscal pidió la pena más alta para Suris (41), además de una multa de 12.000 pesos, y también para Juan Ramón Romero Miranda (46); mientras que solicitó 9 años de prisión para Gustavo Sequeira (42) y Fernando Alexis Bond Stork (31); 8 para Ezequiel Ferrari Reynoso; Sandro Cristian Miranda (46) y Yolanda Jiménez (30); y 6 para Aníbal Arce (63), Tamara Jiménez (34, hermana de Yolanda), Martín Cruz Ocampos y Guillermo Suris (29), hermano del empresario.

Durante su alegato, la funcionaria judicial recordó que la investigación se inició en 2012 a partir de datos aportados por la Policía rionegrina a la bonaerense respecto de “un conflicto que existía entre bandas de personas dedicadas a los estupefacientes”.

Luego, el personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Bahía Blanca recibió un llamado que alertó que personas vinculadas al “narcotráfico pensaban realizar un ajuste de cuentas con un tal Ruso que estaba escondido en la quinta de Juan (Suris)”, relató la fiscal, quien precisó que la pesquisa determinó después que el tal “Ruso” era “Bond Stork”.

En ese marco, la investigación constó de numerosas diligencias, entre ellas, intervenciones telefónicas, toma de fotografías, análisis de mensajes de texto, y seguimientos y observaciones de las relaciones y encuentros entre los ahora acusados.

A partir de los elementos reunidos, el 14 de diciembre de 2013 se llevaron a cabo una serie de allanamientos simultáneos en Bahía Blanca y Darregueira que permitieron secuestrar dinero en efectivo, cocaína, marihuana, elementos para fraccionar la droga, teléfonos celulares, autos y documentación.

Mientras que Suris estuvo prófugo hasta que el 13 de enero del 2014 fue detenido en el barrio porteño de Recoleta por policías que allanaron el departamento de su novia Farro, en avenida Cabildo al 2500, de Belgrano, donde el acusado vivía.

El empresario negó ser el jefe de esta organización narco tanto en la etapa de instrucción como en el juicio y denunció que la Policía le “armó” la causa, aunque admitió haber lavado dinero y vendido facturas falsificadas, delitos que se investigan en otro expediente en el que fue procesado por la Justicia.

“Suris dio detalles de los negociados con las facturas apócrifas y también de la compra de cereales de dudosa procedencia que luego los vendía más barato que el mercado”, explicó a Télam un vocero judicial que agregó que el acusado aportó nombres de a empresarios de Bahía Blanca con los que aseguró que “mantenía una relación comercial”.

Pero la fiscal Manghera recordó hoy en su alegato que de las escuchas telefónicas se desprendió “que Suris se dedicaba a comprar y vender estupefacientes” y que hablaba “mucho de la movida” con una “terminología utilizada propia de este tipo de actividades”.

Y en ese sentido precisó que se utilizaron expresiones como “droga, faso, porro, bolsones celestinos, blanca la loca, la loca que te quiere ver, que no dan lugar a duda que estamos hablando lisa y llanamente de estupefacientes”.
La principal hipótesis apunta a que la organización traficaba cocaína en forma líquida a través de botellas que simulaban contener agua y, una vez que la droga llegaba a Bahía Blanca, se la volvía a solidificar.