AMIA II: sin sorpresa Telledín apunto a Galeano y dijo no “arrepentirse” del pago

1585

Carlos Telleldín, el ex reducidor de autos que entregó la camioneta-bomba que explotó en la AMIA, comprometió hoy directamente al ex juez Juan José Galeano en el pago de 400 mil dólares que recibió en 1996 para dar una declaración contra policías bonaerenses de haberse llevado el vehículo días antes de que volara la mutual judía, pero aseguró que recién supo que esos fondos venían de la SIDE y aclaró que no se arrepiente de haber cobrado ese dinero.

“No me arrepiento un solo día de cómo se realizó el pago. Si no hubiera sido por ese pago, los policías bonaerenses y yo estábamos cumpliendo condena perpetua”, aseguró ante el Tribunal Oral Federal 2, en el marco de las indagatorias del denominado juicio “AMIA II”.

En una declaración pendular, que duró más de cinco horas, Telleldín se mostró como una víctima, preso injustamente, al que lo forzaron a acusar a policías que, no obstante aclaró, ya lo venían extorsionando por sus negocios con autos siniestrados.

Y reconoció que, ya perdido y amenazado por una camarista que decía venir a hablarle de parte del ex ministro menemista Carlos Corach, aceptó declarar contra los policías a cambio de dinero “para seguridad de la familia”, aunque estimó que se trató de “poco” dinero porque regía la convertibilidad del “uno a uno”.

“Fue una negociación de una tienda. Me dijo en un momento dado que esto lo iba a negociar un tercero y le dije que no. ‘La operación la hago con usted’. Mi intención era que el juez cometiera el error que cometió. No sabía si lo iba a poder probar, pero pude probarlo”, aseguró ante la mirada incrédula de los que lo escuchaban.

Telleldín está acusado de “peculado” junto a su ex esposa, Ana Boragni, y su ex defensor, Víctor Stinfale, por haber cobrado el dinero, pero por el pago y otros delitos también están sentados en el banquillo Galeano, los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia y el ex titular de la DAIA Rubén Beraja.

Además otros dos acusados, el ex jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy y el ex presidente Carlos Menem están ausentes en el debate por razones de salud. “Pruebas contra los bonaerenses por AMIA no tuvieron nada, pero ellos estaban seguros que la Bonaerense tenía que ver y yo les dije que no podía asegurar eso” aseguró Telleldín.

Confió que “lo que pasa que las brigadas siempre estaban encima mío. La policía se abusaba de que nosotros comprábamos siniestrados, no doblábamos. Ellos querían unir todas las extorsiones de Lanús y Vicente López con la camioneta”.

Sostuvo que, ya cortado el dialogo con Galeano, la fallecida camarista Luisa Riva Aramayo “prácticamente” lo “amenazó” para declarar contra los agentes bonaerenses porque “tenían todo cerrado”: “Ella me dijo que venía de parte del (ex ministro del Interior, Carlos) Corach, que hablaba con Menem y que con ella no se jodía. Tenía que hacer lo que ella decía porque no tenía salida. Para mí fue un detonante”.

Según su versión, Riva Aramayo le entregó un croquis sobre cómo se llevaron de su casa la camioneta bomba el 10 de julio de 1994 -una semana antes del atentado- y luego la camarista se lo entregó a Galeano diciéndole que lo había dibujado el detenido.

“Galeano era Dios y un poco más. Galeano y los fiscales que no vieron nada”, disparó además Telleldín contra el ex magistrado y los ex fiscales que, en sus respectivas indagatorias, ratificaron su convicción de que el ex reducidor de autos y los policías bonaerenses fueron la conexión local del atentado.

Cuando le preguntaron textualmente si él exigió algo, Telleldín afirmó: “Cuando fue la firma, yo pedí 500 mil dólares y arreglaron por 400. Fue en dos pagos. Todo lo piloteó Galeano” quien, según afirmó, además del dinero le había prometido su libertad el año siguiente, algo que no cumplió porque lo terminó procesando como cómplice del ataque.

Telleldín aseguró que hubo un ofrecimiento anterior de dinero, de un millón de dólares, para que acusara del atentado a unos libaneses que había atrapado poco después del atentado en la Triple Frontera, y aseguró que esa oferta estuvo a cargo del ex carapintada Héctor Vergés, quien lo visitaba en la cárcel diciendo que iba de parte del Gobierno y le aclaraba que necesitaban “un resultado a toda costa” en la causa AMIA “para la reelección de Menem”.

Pero dijo que rechazó esa oferta y mantuvo la versión de la venta de la camioneta hasta que apareció la idea de escribir un libro contando las extorsiones junto a dos periodistas y porque su familia sufría diferentes intimidaciones que, a su criterio, venían de la SIDE.