Prisión domiciliaria para uno de los acusados del crimen del comerciante Gabriel Izzo

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Uno de los detenidos con prisión preventiva en la causa por el crimen de Gabriel Izzo, el comerciante asesinado a balazos el 9 de junio pasado durante un asalto a su casa de la localidad bonaerense de San Antonio de Padua, fue beneficiado con la prisión domiciliaria debido a su estado de salud, informaron hoy fuentes judiciales.

El beneficio fue otorgado por el juez de Garantías 2 de Morón, Ricardo Fraga, a Walter Rodríguez Sierra (53), apodado “El Uruguayo”, quien vía su abogado, Javier Baños, logró la autorización para cumplir la prisión preventiva en un domicilio del partido bonaerense de Ituzaingó debido a su delicada situación de salud.

Según la resolución a la que tuvo acceso Télam, Sierra padece EPOC, un “edema obstructivo en las vías aéreas” y tiene “las cuerdas vocales totalmente edematizadas”, por lo que “la progresión de la enfermedad puede causar, entre entre otras, hipoxia, insuficiencia pulmonar con acidosis respiratoria, insuficiencia cardiaca derecha e inclusive la muerte”.

Por tal motivo, Fraga, tras consultar con especialistas y analizar los estudios médicos y psicológicos, accedió a concederle una morigeración de la prisión preventiva.

El defensor Baños dijo a Télam que su asistido “debería estar libre porque nada que ver tiene con el robo” cometido contra Izzo, sino que su vinculación con el caso radica en que el auto empleado por los autores del hecho era suyo y se lo había vendido a otro de los acusados, Gustavo Mac Dougall.

“Ahora tendrá que esperar hasta el juicio para demostrar su inocencia, vamos a trabajar en eso”, remarcó el abogado.

Rodríguez Sierra estaba detenido en la comisaría 1ra. de Morón acusado como “partícipe necesario” de los delitos de “robo agravado por el empleo de arma de fuego, portación ilegal de arma de guerra, y homicidio criminis causae – dos hechos uno de ellos en grado de tentativa, agravado por el uso de arma de fuego, todos los que concurren en forma real entre sí”. en perjuicio de Izzo y de su esposa Silvana Petinari, quien en el mismo hecho fue gravemente herida.

Además de él y de Mac Dougall, en la misma causa fueron imputados y detenidos Jonatan Ricardo González (30), alias “Monarca” y Brigado Achucarro González de (32).

En tanto, los investigadores continúan con la búsqueda de los prófugos identificados como Diego Eduardo Correa (25) y Víctor Ricardo Martín Fernández Galarza (30), quienes tienen alerta roja de Interpol, agregaron las fuentes.

Días atrás, el juez Fraga resolvió excarcelar a uno de los hombres que habían sido detenidos inicialmente en el marco de la causa, Gustavo Damián Potenza, alias “Chevecha”, luego de que la fiscalía no pudiera reunir elementos de cargo que lo ubicaran en la escena de los hechos.

El crimen de Izzo fue cometido el viernes 9 de junio a las 4.20 en una casa de la calle Italia 1077, a pocas cuadras del centro de la estación de trenes de San Antonio de Padua, donde el comerciante y dueño de un aserradero, vivía con su esposa Petinari, hija del propietario de una empresa dedicada a la fabricación de acoplados, volcaduras y semirremolques en Merlo.

De acuerdo con la pesquisa, al menos cinco delincuentes llegaron hasta el domicilio a bordo de un Volkswagen Gol Power y cuatro de ellos forzaron una persiana de madera tipo americana de la casa e ingresaron, tras lo cual sorprendieron al matrimonio.

Otros dos, en tanto, se quedaron en el auto y en la vereda, por lo que todos ellos fueron captados por las cámaras de seguridad del barrio.

Según las fuentes, Izzo se despertó al escuchar ruidos y agarró dos armas de su propiedad que guardaba en su habitación -una pistola Bersa calibre .40 y un revólver .38- con la que salió de la habitación para ver qué sucedía.

En esas circunstancias, se enfrentó con los delincuentes, quienes le dispararon y además lo apuñalaron.

La víctima también disparó, aunque sólo con el revólver, ya que la pistola se le trabó y aparentemente no alcanzó a herir a nadie, añadieron los voceros.

Izzo fue impactado por cuatro proyectiles y murió en el lugar a raíz de las lesiones de bala y también de arma blanca que los delincuentes le provocaron, mientras que su esposa fue apuñalada y golpeada.

En la vivienda también se encontraba la madre de la mujer herida, Elsa Otruba de Petinari (83), quien resultó ilesa ya que no salió de la habitación.

Tras el crimen, el auto que tripulaban los asaltantes quedó filmado por cámaras de seguridad municipales y fue hallado luego frente al local comercial perteneciente a Rodríguez Sierra, una pizzería en la que se hallaron armas de fuego y objetos presuntamente robados a Izzo y a su mujer.