Capturaron a varios integrantes del clan Funes

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Un segundo capítulo de los operativos denominados “Los Miserables”, contra el clan Funes se concretó ayer en Rosario . La Policía Federal allanó siete viviendas y detuvo a cinco miembros de esa banda, que fue una de las protagonistas a principios de año de la nueva escalada de violencia que golpeó la ciudad, en la disputa territorial por el manejo de la venta de estupefacientes con la banda de los Caminos.

El primer capítulo de esta saga se produjo en marzo de 2017, cuando 150 efectivos de la Policía Federal allanaron 33 viviendas de manera simultánea y arrestaron a 15 narcos de la banda de los Funes. En este caso, el personal de la fuerza continuó con las investigaciones y pudo detectar siete domicilios vinculados con el brazo armado de esa organización narco. Los investigados tenían un rol importante en las entraderas a viviendas de la ciudad, que las realizaban disfrazados con caretas de la película V de Venganza y de la serie La Casa de Papel. También cayeron los encargados de conseguir y esconder el armamento, publica el diario La Nación.

En mayo pasado se produjo otra tanda de detenciones alrededor de esa banda, luego de que los hermanos Funes protagonizaran un raid de hechos violentos. En mayo pasado la Justicia imputó a los jefes de la organización, Daniela Ungaro y a su hermano René, a Jorge Funes, a Carlos Fernández, y Brisa Amaral, entre otros.

Ese grupo opera en la zona sur de Rosario desde hace muchos años. Y disputa a sangre y fuego el territorio de la zona sur con los descendientes del asesinado Roberto Caminos, exjefe de la barra de Newell’s.

Para la Justicia, Ungaro era el encargado de dirigir el negocio del narcotráfico, recibía un porcentaje de la venta de drogas, proveía las armas y “todos respondían a él”.

René el “brujo” Ungaro tiene 31 años y está preso desde el 25 de mayo de 2010. Aún le restan cumplir más de tres años de condena. Por debajo del “brujo”, la acusación abrió un segundo organigrama. Una parte del grupo criminal estaba dedicado a hacer inteligencia para concretar asaltos domiciliarios y reducir lo robado. Los dos negocios se superponían en la práctica, pero la investigación tuvo que dividir la tarea frente al fuero federal, por narcotráfico, y el provincial, por robos.