La abogada de la familia de Diana Sacayán, la dirigente transexual asesinada en 2015 en el barrio porteño de Flores, pidió ayer en el juicio oral que se condene a prisión perpetua al imputado Gabriel David Marino por considerar que cometió un “travesticidio” motivado en su “odio a la víctima y su identidad de género”.
El pedido fue formulado ayer en el comienzo de los alegatos de las partes ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 porteño.
La abogada Luciana Sánchez, representante de la familia de la víctima, dijo ante los jueces Adolfo Calvete, Ivana Bloch y Julio César Báez que este ha sido un caso “fundacional” y que ha tenido un “impacto” en la comunidad.
Para la letrada, en el juicio hubo “elementos de prueba suficientes para decir que David Marino es el autor de este crimen y que los motivos excluyentes de este crimen han sido el odio a la víctima por su identidad de género y su calidad de defensora de los derechos humanos”.
Por ello, Sánchez solicitó que lo condenen a prisión perpetua como “autor penalmente responsable del delito de travesticidio”, es decir, “el homicidio agravado por odio a la identidad de género travesti” en concurso ideal con los agravantes de “haber sido cometido por un hombre contra una mujer mediando violencia de género” y “alevosía”, en concurso real con el “robo simple” de 20.000 pesos de la víctima.
La abogada también requirió al TOC 4 una serie de “medidas de reparación y no repetición” para evitar este tipo de crímenes, entre ellas, la creación de más fiscalías especializadas, la ampliación de la estructura de la actual Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM) y la aplicación “obligatoria” de protocolos específicos para estos casos.
“Hay una sola fiscalía. No alcanza y hay, por lo menos, un travesticidio por mes”, aseguró en su exposición Sánchez, quien añadió que estas medidas deben ser tomadas por “los tres poderes del Estado”.
Según la letrada, “Diana también le está poniendo el cuerpo a este caso” y concluyó su alegato de casi cuatro horas al decir que la familia espera que “con esto se haga justicia”.
El Tribunal pasó a cuarto intermedio hasta el lunes próximo a las 9.30 cuando se reanudará el juicio con el alegato del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), también como querellante.
Luego, el 24 de mayo será el turno del fiscal Ariel Yapur y el 7 de junio la defensa.
En la audiencia anterior el imputado había pedido “Justicia por Diana Sacayán” y aseguró que él no la mató.
“Juro por Dios que soy inocente, nunca estuve en el hecho y yo no maté a Diana”, aseguró Marino, quien además exigió “que busquen a los verdaderos culpables” del crimen, tras lo cual familiares de la víctima que se encontraban en la sala lo insultaron por lo bajo y con indignación.
Marino decidió no responder preguntas de las partes ni del Tribunal, tras lo cual el fiscal Yapur, la abogada Sánchez y su colega Juan Ricardo Kassargian, querellante por el INADI, solicitaron a los jueces que se leyera una parte de la declaración indagatoria que se le tomó al joven durante la etapa de instrucción por notar contradicciones en su relato.
En el acta, el acusado aseguraba haber ido al departamento de Diana el sábado 10 de octubre de 2015 entre las 20 y las 22, y que cuando llegó se encontró con otro hombre, a quien identificó como Maximiliano, quien supuestamente estaba consumiendo pasta base junto a la víctima.
Además, comentaba que Sacayán les habría ofrecido mantener relaciones sexuales a ambos y que, ante la negativa, se enojó e intentó atacarlos con un cuchillo que guardaba entre sus ropas.
Luego, explicaba que el otro hombre “apuñalaba de frente” a Sacayán y que él “veía todo desde el living, paralizado”, mientras le gritaba “pará, pará” y le pedía que no la matara.
“El lunes siguiente me enteré por la televisión que Sacayán había fallecido, no me sentí culpable ni encubridor, soy un testigo clave del hecho”, agregaba Marino en el acta.
De acuerdo a la acusación, la dirigente fue asesinada en el interior del departamento de la avenida Rivadavia al 6700 entre el sábado 10 y el domingo 11 de octubre de 2015.
El cuerpo fue hallado dos días después atado de pies y manos, y la autopsia reveló que la víctima presentaba 27 lesiones en su cuerpo, 13 de ellas producidas por un arma blanca, presumiblemente con un cuchillo de una hoja de 20 centímetros secuestrado en la escena del crimen.