Indignación en Colegiales por la violación de una adolescente

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Una adolescente de 13 años fue abusada sexualmente por un hombre debajo del Puente Jorge Newbery, en el barrio porteño de Colegiales, en la zona norte de la Ciudad, y los vecinos marcharán esta tarde en reclamo de mayor seguridad, mientras la policía pidió la colaboración de eventuales testigos del ataque para avanzar en la investigación.

El hecho ocurrió en la mañana de ayer, cuando alrededor de las 11 la chica caminaba rumbo a su casa por la calle Newbery desde la Avenida Cabildo tras concurrir a un local de comidas rápidas, y al llegar a la calle Amenábar “fue sorprendida desde atrás por una persona de sexo masculino que la tomó del cuello”, según una fuente policial.

Tras indicarle “quedate quieta, no digas nada”, el sujeto la abusó, y el hecho fue denunciado por el padre de la niña ayer por la noche e interviene la Fiscalía Criminal y Correccional 54 a cargo de Claudia Katok, agregó la fuente.

Un equipo de la Policía Científica trabajó durante la mañana en el lugar, donde vecinos se concentraron para reclamar por seguridad y anunciaron que se movilizarán a las 20 en ambos extremos del puente.

Liliana Rubino, comisario mayor de la Ciudad, informó hoy a la prensa que en el momento del ataque “había personal policial pero (estaba) en las cercanías, caminando, eso lo tenemos monitoreado” y aseguró que se está haciendo “el relevamiento de las cámaras” en el lugar, luego de que vecinos del barrio aseguraran que no funcionaban.

Además, señaló que se pedirán las imágenes de las cámaras de seguridad de viviendas y negocios e instó a “que si alguien vio algo se acerque para ayudar a la policía” en la investigación.

“Necesitamos tiempo para poder acercarnos a los hechos y poder identificar a la persona” que agredió a la menor, quién fue atendida en el Hospital Pirovano, en el barrio de Coghlan.

Rubino señaló que la víctima “no pudo describir el lugar exacto” del ataque porque “aparentemente estaba con los ojos tapados con la mano (del agresor)”.

Por su parte, el actor Pablo Echarri, vecino de Colegiales, dijo a Télam que “como ciudadanos que aportamos con nuestros impuestos, siempre esperamos que estos hechos se puedan prevenir, que nuestro dinero sea devuelto en la seguridad que necesitamos, que con prevención se eviten estos hechos”.

Echarri, quien forma parte de la agrupación Vecinos de Colegiales, contó que “pusieron cámaras financiadas por nosotros mismos y que podemos revisar por el teléfono”.

“Ayer a la noche recibimos el audio de este vecino contando lo que le había pasado a su hija y sentí muchísima impotencia, quedé impactado”, agregó.

Por último, admitió estar “preocupadísimo proyectando este hecho a mi realidad, tengo una hija de 14 años, de la misma edad que la niña que sufrió la violación, y (estoy) atravesado por el hecho de que los chicos a esa edad empiezan a dar los primeros pasos, piden a gritos caminar por la calle y sentirse independientes de sus padres”.

Mercedes, quien vive en Conde y Zabala, confesó a Télam sentirse “muy desprotegida” y que “hay horarios en los que sabés que no tenés que pasar por acá”.

Por su parte, Patricia, que desde hace 15 años vive a dos cuadras del puente contó que “si bien hay policías no están quietos en un lugar”.

“Mi hija sufrió situaciones de robo en (la avenida) Federico Lacroze, pero cada vez que tengo que cruzar el puente me encomiendo a Dios y trato de no tener miedo pero acá abajo hay recovecos y a una chiquita enseguida la asustás”, agregó.

Verónica, quien vive hace 19 años en el barrio y forma parte de Vecinos de Colegiales, señaló “a Télam que “estamos muy preocupados por los hechos que suceden en la zona y con esto que pasó estamos aterrorizados porque ocurrió de día, a las 11 de la mañana”.

“Nosotros hemos presentado un proyecto para que en este lugar debajo del puente, que está muy abandonado, se hiciera una subsede de la comisaría 31 pero estamos esperando a ver si lo aprueban”, detalló la vecina.

Además, contó que su marido fue a buscar a su hija cada noche durante cinco años cuando volvía del secundario donde cursaba turno noche “por la inseguridad del puente”.