El anestesista que drogó y desfiguró a una mujer espera el juicio con terapia y fútbol

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El anestesista pedriático que drogó y atacó a golpes a una mujer en el barrio porteño de Palermo pasó su primer año en la cárcel, mientras espera el inicio del juicio oral y público por los delitos de “tentativa de femicidio” y “tenencia y suministro de estupefacientes agravado”.

Gerardo Billiris (41) fue detenido por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires el 31 de enero de 2017, acusado por el brutal ataque que sufrió María Eugenia Belén Torres, una joven estudiante de 21 años que había invitado a su departamento de la calle Beruti 4543.

Torres recordó que el anestesista intentó matarla después de haber consumido drogas juntos. De acuerdo con la causa, la joven perdió la memoria de la cantidad de golpes que recibió y sufrió graves secuelas: a raíz de las lesiones tiene problemas de audición en su oído izquierdo.

“No fui yo, fue una intoxicación por drogas. Me duele en el alma. Jamás hice una cosa así, no lo volvería a hacer”, dijo él en los tribunales de Comodoro Py.

Con la difusión del caso aparecieron más víctimas: una modelo de 23 años denunció que en el año 2012 Billiris les ofreció ketamina a ella y a una amiga. “Mi compañera accedió y yo me negué, pero mientras él la preparaba en un microondas, me insistía”, contó la modelo, quien además recordó que esa noche se despertó desnuda al lado del anestesista pese a que había intentado escapar de su departamento.

El acusado fue alojado en el hospital del penal de Marcos Paz, donde fue sometido a un tratamiento por su adicción a las drogas. Cuando lo trasladaron a un pabellón común fue amenazado y golpeado por algunos reclusos que lo reconocieron. Su abogado defensor, Marcelo Chumbita, presentó un hábeas corpus preventivo y pocas horas después de sufrir ese violento episodio consiguió su traslado a otra unidad carcelaria.

Desde entonces permanece detenido en el sector denominado Prisma (Programa Interministerial de Salud Mental Argentino) que tiene el Complejo Penitenciario I de Ezeiza, en una celda individual y con servicio de enfermería. Allí también está preso el ex líder de Callejeros Patricio Fontanet, condenado a siete años de prisión por la tragedia de Cromañón, ocurrida en diciembre de 2004. Como se trata de un pabellón psiquiátrico, tanto el anestesista como el músico conviven con personas que fueron declaradas inimputables y que, en algunos casos, llevan más de treinta años encerrados y sin posibilidades reales de salir en libertad.

En Prisma cada interno es atendido por un equipo interdisciplinario, compuesto por psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales. A la espera del juicio, previsto para fines de este año, Billiris encontró en el deporte la manera de que el tiempo pase un poco más rápido. Empezó con la práctica de fútbol pero hace poco se sumó al equipo de rugby.

“La terapia y el deporte le hicieron muy bien”, dice a PERFIL Chumbita, el abogado que encabezará una defensa difícil: buscar que su defendido sea declarado “inimputable” porque está convencido de que Billiris no “comprendía la criminalidad de sus actos”.