La justicia federal de esta capital rechazó un pedido de prisión domiciliaria para el ex capellán de la Policía Bonaerense Christian Federico Von Wernich, condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar.
La negativa fue resuelta por el Tribunal Oral Federal 1, que subroga el juez Pablo Daniel Vega, que rechazó un planteo realizado por la defensa de Von Wernich justificado en la “delicada situación de salud y edad avanzada (78 años)” del ex sacerdote.
Para los abogados del represor “el centro de detención donde se encuentra (Unidad 34 de Ezeiza) no cuenta con la infraestructura edilicia y los recursos humanos necesarios para tratarlo” y el cura “no representa a la sociedad un peligro posible”, por lo que “sólo se está agravando su cuadro, volviéndose cruel e inhumano”.
Antes de resolverse sobre la prisión domiciliaria el juez ordenó una “evaluación integral de la salud del imputado” por intermedio del Cuerpo Médico Forense, la que concluyó en que la condición clínica de Von Wernich “no permite encuadrarlo” en el beneficio, aunque afirmaron que “requiere control médico periódico y programado”.
“Los recientes informes periciales practicados a Christian Federico Von Wernich no denotan que su situación de salud se encuentre comprometida de continuar detenido intramuros”, sostuvo el juez en el fallo que fue dictado el viernes pasado pero que trascendió hoy.
Y agregó que “el requisito etario no resulta suficiente para otorgar el arresto domiciliario”.
Finalmente sostuvo que “si por vía de hipótesis se considerara que la Unidad 34 no cumple con los recaudos necesarios para la asistencia de Von Wernich, entiendo que se deberá contemplar la posibilidad de realojar al interno en el Hospital Penitenciario I de Ezeiza del Servicio Penitenciario Federal, donde tendría asistencia médica permanente, o en su caso, su derivación a un hospital extramuros”, dijo.
Von Wernich fue condenado en octubre de 2007 a la pena de reclusión perpetua por “siete homicidios triplemente calificados, 41 casos de privaciones ilegales de la libertad y 31 de tomentos agravados” cometidos en centros clandestinos de detención que funcionaron bajo la responsabilidad del represor Miguel Osvaldo Etchecolatz.
