(fiscales.gob.ar)
La jueza Ana Dieta de Herrero llevó adelante la segunda audiencia en el juicio por el robo de los joyas de Mirtha Legrand, ocurrido en diciembre de 2010. Al comienzo de la jornada, la fiscal Dafne Palópoli describió un anónimo que recibió en la fiscalía el viernes al mediodía donde se nombraba a los posibles autores del asalto en el departamento de Legrand.
Según relató Palópoli, una persona ingresó a la dependencia del Ministerio Público y dejó un sobre papel madera. Delante de los empleados, la fiscal lo abrió: allí había una foto con un texto donde se identificaba a dos personas, Marcos Andrés Berón González y Maximiliano Castany. De acuerdo al escrito, ambos ya habrían fallecido pero sus parejas estarían al tanto del robo de las joyas.
Palópoli comenzó una investigación para corroborar la identidad de los dos hombres nombrados. Con la colaboración de la fiscalía a cargo de Marcelo Roma pudo establecer que a Berón González le dispararon en 2011. En la causa por el homicidio, constan las declaraciones testimoniales del entorno familiar del fallecido.
En base a la información recolectada, la fiscal solicitó que se cite a declarar a las parejas y a la ex de uno de ellos, ya que conocerían el accionar delictivo de la banda que llevó adelante el robo. “Sus testimonios resultan útiles para poder esclarecer el hecho, más si se tiene en cuenta que siete años después no se sabe qué pasó y cómo pasó, lo que termina por causar irritación en la sociedad”, manifestó.
La querella que representa a Rosa Martínez Suárez de Tinayre (que declaró la semana pasada en el debate) adhirió al pedido de la fiscalía. Ninguna de las dos defensas de los tres imputados por el robo puso objeciones. La jueza Dieta de Herrero, integrante del Tribunal Oral en lo Criminal nº25 hizo lugar a lo solicitado e incorporó a la causa el anónimo recibido.
Los testigos
La primera en pasar a la sala fue Elvira, la empleada de Legrand. Relató que se enteró por radio del robo cuando volvía junto a la conductora televisiva desde Victoria, Entre Ríos, mientras estaban en la ruta. Ante las preguntas de la fiscalía, contó que las únicas que tenían llave de la puerta de servicio por la que ingresaron los ladrones eran ella y la imputada Lina Rosa Díaz, la otra empleada de Legrand en ese momento.
Dijo también que la acusada trabajó hasta abril de 2012 y que el único momento en el cual estuvo molesta fue cuando le allanaron la casa en el marco de la causa. Después, declaró el chofer de la damnificada, que tampoco se encontraba en Buenos Aires al momento del hecho.
El encargado nocturno del edificio de la Avenida Del Libertador 2802 estaba aquella noche en su puesto. Según relató en el juicio, fue hasta el baño de la planta baja y cuando volvía hacia el escritorio, fue interceptado por tres hombres. Uno de ellos le puso su camisa en la cabeza para taparle los ojos, le ataron las manos con una corbata mientras otro lo apuntaba con un arma.
Lo llevaron hacia el ascensor de servicio y bajaron en el cuarto piso. Si bien no podía ver nada de lo que sucedía, contó que los ladrones utilizaron la llave de la puerta de servicio para acceder al departamento, por el ruido que hicieron y lo fácil que entraron. Dos de los ladrones fueron hacia el comedor y el otro se quedó con él, siempre apuntándole a la cabeza.
Minutos después, escuchó que arrastraban algo. “Si te portas bien, no te va a pasar nada”, le dijo uno de los ladrones. Antes de irse, le ordenaron que no se mueva del departamento. Finalmente, el hombre salió del lugar y fue a pedir ayuda a otro piso. Cuando bajó, vio que el sistema de video que tenía en su escritorio de planta baja también había sido robado.
El último en declarar fue un integrante de la División Robos y Hurtos de la Policía Federal Argentina. El agente fue quién encabezó el allanamiento en la casa de Díaz, en Berazategui. También, analizó los videos que consiguió la Comisaría 53º. En uno de ellos se observa un auto y a dos personas que guardaban algo en el baúl, compatible con la caja fuerte que fue robada. En otra de las filmaciones, se ve a un hombre mientras habla por teléfono en la ochava de Scalabrini Ortiz y Libertador.
El hecho
Según el requerimiento de elevación a juicio, realizado por la Fiscalia de Instrucción Nº7 en octubre de 2015, Díaz, Jorge Petrak y Orlando Jiménez (esposo e hijo respectivamente de la ex empleada) “prestaron colaboración indispensable” en el robo del 5 de diciembre de 2010, dentro del 4º piso del edificio de Avenida Del Libertador 2802.
Esa noche, tres hombres que no pudieron ser identificados aún, maniataron al encargado y subieron hasta el departamento de Legrand. Sin prender las luces, robaron del vestidor del cuarto de la damnificada una caja de seguridad, que estaba empotrada y que contenía aproximadamente 20 mil dólares, 500 mil pesos y joyas por valor cercano al millón de dólares. También, se llevaron varios anteojos de sol, pañuelos con las iniciales de la diva y papeles varios.
La colaboración proporcionada por los tres imputados consistió, según el escrito de la fiscalía, en proporcionarle las llaves a los ladrones; suministrarle información relativa a la ubicación de la caja de seguridad y del dinero, así como también le dieron detalles sobre los movimientos de las personas que vivían en el lugar y del lugar donde se almacenaban las grabaciones de las cámaras de seguridad.
Si bien Díaz no registró después del hecho incrementos patrimoniales, en el requerimiento se puntualizó que según la División Investigaciones Patrimoniales de la PFA, se desconocía el origen de los fondos utilizados para efectuar dos giros a Paraguay a su hijo por 1500 pesos y 600 dólares, realizados desde septiembre de 2011 hasta febrero de 2012.
Respecto a Petrak se determinó que adquirió un auto en febrero de 2011 y en julio de 2012, y se marcó que, según las retribuciones que constan en la AFIP, el imputado no tendría los fondos para justificar las adquisiciones. Con respecto al hijo de Díaz, Jiménez adquirió un vehículo el 22 de diciembre de 2010, que tampoco puede justificarse en base a los fondos declarados.