Secuestran y liberan a siete personas en un country de Tristán Suárez

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Siete personas, integrantes de dos familias distintas, fueron secuestradas anoche en un country de la localidad bonaerense de Tristán Suárez por una banda que liberó a uno de los padres de familia para que fuera a Capital Federal a reunir los 50.000 dólares que se pagaron como rescate, informaron hoy fuentes policiales y judiciales.

El múltiple secuestro extorsivo, que tuvo a dos parejas y tres niños de entre 2 y 5 años como víctimas, se inició en Cissab, un tradicional club de la comunidad judía ubicado en Blas Parera 1301, de la mencionada localidad del partido de Ezeiza, y terminó con el pagó del rescate en la autopista Ezeiza-Cañuelas y al menos tres secuestradores prófugos.

El caso es investigado por el fiscal federal de Lomas de Zamora, Leonel Gómez Barbella, y por detectives de la Dirección Distrital de Investigaciones de (DDI) de Esteban Echeverría de la policía bonaerense.

Según las fuentes, todo comenzó alrededor de las 23 de anoche cuando dos familias cenaban en una misma casa, ubicada en el lote 210 de un predio recientemente adquirido por el club llamado “Chacra Vieja”.

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Por alguna parte del cerco perimetral, y a partir de una falla de la seguridad, tres delincuentes entraron al country a bordo de una camioneta Ford Ranger y llegaron hasta la casa, donde exhibieron armas largas con las que redujeron a las dos familias y luego comenzaron a desvalijar la propiedad.

No conformes con el botín, los delincuentes decidieron secuestrar a las dos familias, conformadas por dos parejas y sus hijos, dos varones de 5 años y una niña de 2.

Las siete víctimas fueron subidas a la camioneta de una de las familias junto al menos a uno de los delincuentes, mientras que el resto de la banda las seguía en la Ranger.

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Lo que se inició como un robo tipo comando en el country se transformó entonces en un secuestro extorsivo, con la particularidad de tener siete víctimas cautivas en forma simultánea.

Los secuestradores decidieron liberar al padre de una de las familias para que actuara como negociador y pagador del rescate de las otras seis personas. Fuentes de la investigación indicaron que el hombre fue hasta a la casa de su suegro en Capital Federal y le dijo que necesitaba con suma urgencia 50 mil dólares, aunque no le dio detalles de para qué los quería.

“Le dijo al suegro que era una cuestión grave de vida o muerte y que no le podía decir nada. El suegro aceptó entregarle el dinero pero de inmediato le avisó lo que estaba pasando a otro de sus hijos, que llamó a la policía ante la sospecha de que había un secuestro en curso”, explicó a Télam un investigador judicial.

El hecho comenzó entonces a ser investigado por policías de la DDI de Esteban Echeverría y por la Fiscalía Federal 1 de Gómez Barbella, pero los pesquisas no llegaron a actuar con el secuestro en curso.

Con los 50.000 dólares en su poder, el hombre se comunicó con los secuestradores y se dirigió desde Capital Federal hasta una estación de servicio de la autopista Ezeiza-Cañuelas a pagar el rescate.

“No llegamos a intervenir las líneas telefónicas a tiempo ni a monitorear el pago del rescate con el secuestro en curso. Cuando hicimos contacto con el hombre que había pasado a buscar el dinero, éste ya había hecho el pago y todo había terminado”, dijo a Télam la fuente judicial consultada.

Los delincuentes cobraron los 50.000 dólares y liberaron sanos y salvos a los otros seis secuestrados, entre ellos a los tres niños, que quedaron “bastante traumados por la situación que vivieron”, dijo otra fuente de la investigación.

El fiscal Gómez Barbella ordenó secuestrar para pericias la camioneta robada a una de las familias que fue utilizada en el secuestro, ante la posibilidad de que haya quedado en ella algún rastro o huellas de los captores. También solicitó videos de las cámaras de seguridad que hayan podido registrar a los secuestradores y sus movimientos, además del análisis de una serie de comunicaciones.