Lo matan de un balazo para robarle el auto a un día de salir de vacaciones con su familia

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A los 47 años, Luis Alejandro Britte era, para quienes lo conocían, simplemente “El Gordo”. Laburante. Dueño de una modesta empresa de servicios de enfermería. Esposo. Padre de cuatro hijos, de entre 2 y 12 años, con quienes vivía en Quilmes Oeste. Estaba contando las horas, porque ya tenía todo listo para irse hoy de vacaciones hasta fin de mes a Mar del Plata, junto a su familia, tras una invitación de sus hermanos. Incluso, ya había cargado algunas cosas en su Fiat Uno. Pero sus planes se hicieron trizas en un segundo. Ayer a la mañana estaba trabajando, esperando a una de sus empleadas que había ido a atender a domicilio a un paciente, afuera de una casa, a siete cuadras del centro de Quilmes y a menos de 200 metros del edificio municipal. Allí lo sorprendieron dos jóvenes que se quisieron llevar su auto. El se resistió y la respuesta fue un tiro mortal en el pecho. Sus agresores se esfumaron tan rápido como su vida.

Según publica el diario Clarín, el crimen ocurrió pasadas las nueve de la mañana sobre la calle Saavedra, entre Paz y Sarmiento. “Las camionetas (Fiat) Qubo de la Policía Local circulan todo el tiempo, porque a una cuadra de allí está la villa El Monte. Pero uno de los ladrones habrá estado haciendo de campana y aprovechó para avisarle a su cómplice el momento de dar el golpe”, contó un vecino del barrio a Clarín.

Britte había llevado a una casa a una enfermera de su empresa Enferquil SRL, que brinda atención las 24 horas y tiene su local en la calle Saavedra al 900, a cinco cuadras de donde se registró el homicidio. “El era uno de los titulares, es una empresa muy familiar. Somos pocos los que trabajamos y hacemos todo tipo de tareas. ‘El Gordo’ llegaba a las siete de la mañana y recién se iba a las cinco o seis de la tarde”, puntualizó a Clarín uno de los empleados, Fabián Pérez (55), quien anoche seguía conmocionado por la noticia.

Según los testimonios recogidos en la escena del crimen, dos jóvenes le quisieron robar el Fiat Uno a la víctima, pero el hombre los enfrentó. Entonces le pegaron un balazo en el pecho. Uno escapó corrió hasta la villa El Monte y el otro hacia otra dirección, adonde hay una remisería.

“Ale tenía cuatro chicos. Tres nenas y el mayor, un varón de 12 años. Era un laburante. Hace 20 años que tenía esta empresita, de la que se llevaba muy poco dinero. Ahora ni sé cómo vamos a seguir. Lo único seguro es voy a hacer una reunión para que sus chicos tengan un retiro mensual toda la vida. Para ellos era su ídolo”, añadió el colaborador de la víctima.

De acuerdo a los vecinos, la zona se ha tornado más insegura en los últimos tiempos, a pesar de que se ven más patrulleros recorriendo las calles.

“El Gordo” iba a empezar hoy sus vacaciones. Lo habían invitado sus hermanos a Mar del Plata, así que ya había empezado a cargar su Fiat Uno, que tiene GNC. Estaba entusiasmado, sobre todo por sus hijos. “Era gordo y grandote, más bueno que él no había nadie”, se emocionó Pérez al recordarlo.

Ayer, policías de la comisaría 1° buscaban a los sospechosos, por orden del fiscal Adolfo Aversa, titular de la UFI N° 7 del Departamento Judicial Quilmes, pero al menos hasta el cierre de esta edición no había novedades. Según las versiones, el director de Tránsito de la Comuna de Quilmes fue uno los testigos del asesinato y declaró ante Aversa.

Britte murió al lado de su auto. Allí quedó tirado su cuerpo hasta que se lo llevaron a la morgue. Anoche su familia esperaba la orden judicial para poder velarlo.