Fuga del penal: investigan cruces telefónicos entre los prófugos y su entorno

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Los primeros movimientos de las ahora ex autoridades de la Unidad 30 de General Alvear, las comunicaciones del entorno de los evadidos y un despliegue de fuerzas e inteligencia en puntos fronterizos y en el Conurbano conforman el paquete de medidas que la fiscalía de esa ciudad desplegó para buscar pistas que permitan ubicar a los hermanos Lanatta y a Víctor Schilacci, los condenados por el triple crimen de General Rodríguez que escaparon hace tres días.

“De la combinación de estas acciones depende el éxito de la recaptura. Cada minuto que pasa es tiempo ganado por los evasores”, admiten cerca del fiscal Cristian Citterio, de la Unidad Descentralizada de General Alvear, que instruye la causa por “evasión, provación ilegal de la libertad y robo agravado”.

Según publica el diario Clarín, hasta el momento, los únicos imputados en este proceso son los autores del escape, cuyo hallazgo hasta el momento resulta indescifrable para los investigadores.

Citterio se concentra también en los cruces telefónicos de varios penitenciarios y de personas que integran el círculo de relaciones de los condenados por el caso de la efedrina. Busca una conexión que permita llegar hasta la eventual “connivencia” de carceleros con los presos que se fugaron en la madrugada del 25 de diciembre.

El testimonio del ex jefe de la prisión, prefecto Manuel Guevara, no aportó demasiado. El funcionario declaró ante el fiscal que llegó al penal “a las 3 am”, minutos después de la huida de los tres presos más famosos que alojaba ese presidio.

“En la entrada del túnel que conecta al sector de asistencia pude observar que el oficial de servicio del día, se encontraba en el piso amordazado y atado de sus manos y piernas”, describió el ex jefe.

En sanidad encontró otro agente, también golpeado; en la guardia exterior, el alcalde estaba amordazado y atado de pies y manos. Por último, el oficial contó que “se pudo constatar que la custodia del puesto 1 de acceso a la unidad no se hallaba apostado como así también la ausencia de armamento perteneciente al lugar”. Ese hombre terminó en el hospital.

Según el relato, los reclusos recorrieron más de 200 metros atacando a los guardias como en una película. Otros testimonios del personal del SPB tampoco aportaron demasiado al fiscal, quien pidió los libros de guardia que registran todos los movimientos de las semanas previas a la huida.

El fiscal tiene, además, los informes de Inteligencia del SPB. Son relevamientos sobre visitas, domicilios de familiares y otros datos de los reos que fugaron del penal. Hay un seguimiento minucioso sobre algunos de los que tenían contacto frecuente con los condenados a perpetua por el triple asesinato registrado en 2008.

Los rastrillajes de las policías Bonaerense y Federal se concentran en puntos del sur del gran Buenos Aires y en la zona norte. A las fuerzas federales que operan en las zonas limítrofes les pidieron especial atención en la “triple frontera” y en el norte del territorio.