El empresario Juan Ignacio Suris, novio de la vedette Mónica Farro, fue absuelto en el juicio por narcotráfico junto a otros imputados más, informaron fuentes judiciales.
Suris, de 41 años, llegó a juicio como supuesto líder de la organización, pero el Tribunal Oral Federal de Bahía Blanca, a cargo Juan Leopoldo Velázquez, Raúl Fernández Orozco y Beatriz Elena Torterola, declaró nulas las escuchas que formaban parte de la prueba fundamental en la causa, y en consecuencia se cayó la acusación.
En su alegato, la fiscal María Cristina Manghera había pedido que Suris sea condenado a 10 años de prisión, al acusarlo de ser el jefe de la banda. Además había solicitado penas de entre seis y 10 años de cárcel para las otras diez personas por “comercialización de estupefacientes agravado por la participación de tres o más personas”.
Por su parte, el defensor oficial José Ignacio Pazos Crocitto reclamó la absolución del empresario tras un alegato en el que aseguró que Suris no es un narco sino “un pelagatos”.
Durante su alegato, la fiscal Manghera recordó que la investigación se inició en 2012 a partir de datos aportados por la policía rionegrina a la bonaerense respecto de “un conflicto que existía entre bandas de personas dedicadas a los estupefacientes”.
La investigación constó de numerosas diligencias, entre ellas, intervenciones telefónicas, toma de fotografías, análisis de mensajes de texto y seguimientos.
A partir de los elementos reunidos, el 14 de diciembre de 2013 se llevaron a cabo una serie de allanamientos simultáneos en Bahía Blanca y Darregueira, en los que se secuestró dinero en efectivo, cocaína, marihuana, elementos para fraccionar la droga, teléfonos celulares, autos y documentación.
Suris estuvo prófugo hasta que el 13 de enero del 2014, cuando fue detenido en el barrio porteño de Recoleta por policías que además allanaron el departamento de su novia, en avenida Cabildo al 2500, Belgrano, donde el acusado vivía.
El empresario siempre negó ser el jefe de esta organización narco tanto en la etapa de instrucción como en el juicio y denunció que la policía le “armó” la causa, aunque admitió haber lavado dinero y vendido facturas falsificadas, delitos que se investigan en otro expediente en el que fue procesado por la Justicia.