A raíz de las denuncias de varios vecinos se realizaron allanamientos en el barrio Zavaleta para detener de la “Peque” una dealer que contaba con un “ejército” de soldaditos que le permitían, a pesar de estar con una tobillera electrónica, ser una de las mayores proveedoras de droga de la zona.
Las denuncias anónimas que se recibieron en el 911 dejaban en claro que en la manzana 19 del barrio siempre había una gran concurrencia de personas que se dirigían a una casa, utilizada como “búnker”, donde por medio de una pequeña abertura, se producía el intercambio de dinero por drogas, principalmente de pasta base y cocaína. De esta manera la “Peque”, no tenía que salir de su casa para vender y la alarma de su tobillera nunca sonaba.
Las tareas investigativas se desarrollaron por más de 60 días, según fuentes policiales no resultaron fáciles, ya que se trata de una zona hostil. Se registraron los movimientos de los “soldados”, quienes se mostraron alertas y expectantes ante el desplazamiento de personas reconocidas como “no habituales” en el barrio.
“La banda de la rubia”, era dirigida por “Luisa” y se movía por la zona sur del barrio Zavaleta a varias manzanas de donde comercializaba la “Peque”, eso hacía posible la buena convivencia en el barrio.
“Luisa” venía siendo investigada desde marzo de este año tras la detención de un integrante de la banda. Al momento del allanamiento “Luisa” estaba en la mesa de su casa cortando panes de marihuana. No tuvo ninguna posibilidad de huir como si lo hizo uno de sus cómplices que pudo escapar por los techos, dado que estaba en otra casa y le lograron avisar a tiempo.
En la casa de “Luisa” se encontraron objetos para realizar rituales umbanda. Toda la banda profesaba esa religión. Además se secuestró un ladrillo de marihuana con un peso de 1.033 kilogramos, 497 envoltorios de cocaína, 2 cartuchos, 3 teléfonos celulares.
En tanto, en la segunda vivienda que se usaba como centro de acopio, se encontraron 100 envoltorios de cocaína, 4 kilos de marihuana, una pistola Bersa Thunder 9 milímetros con su cañón preparado para agregarle un silenciador. Por medio de una consulta a la ANMAC, se verificó que la pistola cuenta con pedido de secuestro del 16 de octubre de 2020.
Los procedimientos fueron realizados por las Divisiones Operaciones Norte y Sur, correspondientes al Departamento de Narcocriminalidad de la Policía de la Ciudad, luego de llevar adelante tareas investigativas ordenadas por la Unidad Fiscal Especializada en la Investigación de Delitos Vinculados con Estupefacientes (UFEIDE), a cargo de la doctora Cecilia Amil Martín.
