Se tiroteó con policías en un búnker de drogas en Moreno y terminó muerto

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Un delincuente murió baleado y dos cómplices escaparon tras un tiroteo con policías que concluyó en un búnker de drogas de un asentamiento del partido bonaerense de Moreno, informaron fuentes judiciales y de la fuerza.

Todo comenzó ayer a la madrugada, cuando efectivos del Comando de Patrullas Moreno que recorrían la zona llegaron hasta la esquina de Los Araucanos y Curapaligüe, en una villa de la localidad de Cuartel V, en dicho partido del oeste del conurbano.

Voceros judiciales y de la fuerza informaron que allí observaron a tres jóvenes, a quienes quisieron identificar, pero que, al advertir la presencia policial, empezaron a correr por Los Araucanos y comenzaron a dispararles a los uniformados.

A unos 30 metros, los tres sospechosos entraron a una casilla y siguieron con los disparos, ante lo cual los cuatro policías que los perseguían repelieron la agresión, por lo que se originó un tiroteo.

De acuerdo a los voceros, el enfrentamiento concluyó cuando dos de los delincuentes huyeron hacia la parte trasera del asentamiento.

Fue entonces que los agentes avanzaron hacia la casilla y en el fondo encontraron tirado a uno de los sospechosos, boca abajo, con una herida de arma de fuego en la zona del tórax, y sin signos vitales.

El delincuente, que aún no había sido identificado, tenía alrededor de 30 años y tenía en su mano derecha un revólver calibre .38, con dos vainas servidas.

Los efectivos llamaron de inmediato a una ambulancia local, cuyo médico constató la muerte del hombre, mientras que los policías resultaron ilesos del tiroteo.

Intervino en la causa la fiscal María Gabriela Urrutia, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 8 del Departamento Judicial Moreno-General Rodríguez, quien dispuso que los peritajes sean realizados por personal de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) y ordenó pruebas de dermotest tanto a los policías involucrados en el tiroteo como al delincuente fallecido.

Mientras tanto, la fiscal no tomó ninguna decisión acerca de la situación de los policías.

Acerca del lugar del hecho, los pesquisas pudieron constatar que se trataba de un búnker destinado a la venta de droga al menudeo, ya que no existen indicios de que la casilla hubiera estado habitada, y en el patio fueron encontrados 116 “baguyos” de cocaína, que fueron secuestrados junto a dos teléfonos hallados.