Casi un centenar de agentes penitenciarios realizó esta madrugada una requisa sorpresiva en la Unidad 23 Florencio Varela y secuestró elementos punzocortantes, celulares, psicofármacos, ropa femenina y hasta una remera gris, muy similar a la del uniforme del guardiacárcel, por lo que se investiga si estaba en marcha un plan de fuga.
La requisa se efectuó en seis pabellones del sector de Máxima Seguridad, y en cuatro módulos del área de Mediana Seguridad. En total se incautaron 83 elementos punzocortantes, 31 teléfonos móviles, 45 cargadores de celulares, 44 chips, una prenda de ropa femenina, una chomba similar a la utilizada por el personal penitenciario, 15 tuqueras, psicofármacos en escasa cantidad y una bolsa de “pajarito” (una bebida con arroz fermentado), entre otros objetos prohibidos.
Participaron ocho móviles de la Dirección General de Seguridad, de la Dirección de Cinotecnia -Grupo Especial -DOE – y Dirección de Operaciones, todos a cargo del Subdirector General de Seguridad, Carlos Brunetti.
Estos procedimientos sorpresivos se comenzaron a implementar el año pasado por disposición del Ministerio de Justicia y es una de las acciones que han impactado en el descenso de casos de violencia entre privados de la libertad en los penales bonaerenses.
De acuerdo a un informe de la Unidad de Gestión y Coordinación de Estadísticas del Servicio Penitenciario Bonaerense los hechos de agresión a un interno por parte de un par, peleas entre detenidos y autoagresiones disminuyeron un 30 por ciento al comparar los años 2012 con 2017. Esto a pesar de que la población carcelaria pasó de 28.762 a 37.817 en ese periodo.
El secuestro de elementos contundentes a través de requisas, la capacitación al personal penitenciario que se ocupa de la seguridad interna y el reacomodamiento de la población carcelaria, fueron enumeradas como las claves para la baja de casos violentos.
