El hombre detenido en el partido bonaerense de General Rodríguez luego de ser identificado por dos víctimas de violación que lo reconocieron en rueda de personas, se negó hoy a declarar ante el fiscal de la causa, informaron fuentes judiciales.
Se trata de Jorge Enrique Evis (35), quien por consejo de su defensor oficial no aceptó ser interrogado por el fiscal Pablo Vieiro, titular de una Unidad Funcional (UFI) 10 de Luján.
En tanto, el fiscal pidió al juzgado de Garantías que convierta en detención la aprehensión del sospechoso, lo cual deberá ser resuelto en las próximas horas.
Evis fue detenido el jueves por efectivos de la Coordinadora de Investigaciones (CDI) Moreno-Rodríguez, quienes allanaron su casa y secuestraron una bicicleta, una campera, bermudas y zapatillas, compatibles a la descripción de elementos efectuada por las víctimas.
A este sospechoso se llega a partir de una denuncia de un nuevo ataque que se radicó el miércoles, pero que se habría cometido en 2014.
Se trata de una mujer que fue víctima de un intento de violación en la misma ciudad y decidió en ese momento no radicar la correspondiente denuncia, pero por su cuenta inició una investigación y halló al agresor mediante las redes sociales.
Al tomar conocimiento en los medios de comunicación sobre el accionar de un violador serial que asolaba la ciudad y advirtiendo los pormenores de su “modus operandi” revelado por las víctimas, la mujer decidió denunciar al sospechoso ante la Justicia.
En tal sentido, el fiscal expresó que ese ataque sexual “tiene una metodología similar (a los cometidos el mes pasado), lo único distinto es que fue en grado de conato, es decir no se llegó a consumar, pero por la descripción física era muy llamativo y la coincidencias eran altamente asombrosas”.
Es que, en los tres casos, el atacante fingió asaltar a sus víctimas con fines de robo, las condujo a un descampado, comprimió su cuello hasta el límite con la asfixia y luego comenzó con la agresión de índole sexual.
De esta manera, Vieiro centró la investigación en el sospechoso aludido por la última denunciante.
En este marco, el hombre fue sometido a ruedas de personas con dos víctimas, de 18 y 30 años, quienes lo reconocieron sin dudar como su agresor.
En tanto, la última denunciante no participó de las diligencias porque tenía conocimiento más acabado de quien había sido su agresor y gracias a su identificación fue detenido.
Vieiro ordenó que se le extraiga sangre al aprehendido para comparar su ADN con el perfil genético de las rastros del agresor hallados en las víctimas y de esta manera poder probar científicamente la autoría de los abusos sexuales.