Por una llamada cayó el último de los secuestradores de un empresario

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Oscar Rebagliati.

Por una llamada cayó el último de los prófugos de la banda que, el 28 de abril pasado, secuestró, en Santos Lugares, al empresario Daniel Rebagliati. Hasta el momento, suman diez los sospechosos apresados. En esa comunicación, el acusado conversó con un amigo preso y se quejaba de que sus cómplices lo habían dejado afuera del reparto del millonario rescate que pagó la familia para que la banda libere al hombre de negocios.

Según publica el diario La Nación, la jueza federal de San Martín Alicia Vence dictó el procesamiento del acusado Mariano Bulgarelli, alías “Nano”, el imputado reclamaba porque había cobrado sólo $ 5000 de un botín en el que el resto de la banda se repartió $ 1.300.000 y US$ 9600. Dijo que confió en sus compañeros y que lo traicionaron.

“Te estoy diciendo que vi cuando cobraron la plata. ¿Me entendés? Vi los bolsos cuando agarraron la plata. Lo dijeron en la tele”, expresó, indignado, Bulgarelli. “¿Cuánto cobraron?”, preguntó el sospechoso identificado como Ema.

“Lo que dijeron en la tele. Un millón ochocientos mil. A mí me dieron cinco lucas. Justo el día que me pagaron quemaron una camioneta en la otra esquina de mi casa y mataron a un hombre. Estaba toda la gorra (por la policía). Agarré las cinco lucas y me fui. Yo confié en ellos”, expresó Nano, quien alquilaba el departamento de arriba del lavadero situado en Perú y Labardén, de Caseros, el primer lugar en el que estuvo cautivo Rebagliati, luego que la banda lo secuestró cuando se dirigía a su fábrica.

“Y bueno, se manejaron mal”, replicó Ema, desde la cárcel. “Una vez que confié en ellos. Volví cuatro días después que estuvo la policía y me hicieron problema. Me dijeron que me portara bien. Como si creyeran que los iba a entregar. Mátenme les dije. Me decían que mi hermano los había delatado”, agregó Bulgarelli, en la comunicación que lo puso al descubierto ante los policías que lo buscaban desde mediados de mayo pasado.

“Vos sabés que estoy jugado, amigo”, agregó Bulgarelli en la llamada que realizó el 19 de septiembre pasado. Con pocos recursos, el imputado se mantuvo en la clandestinidad desde mayo pasado, cuando el fiscal federal de Tres de Febrero, Paul Starc, dispuso su captura.

Durante la conversación telefónica, Bulgarelli se refirió a las detenciones de los otros integrantes de la banda, quienes fueron derivados a los penales de Marcos Paz y Ezeiza.

A partir de los elementos secuestrados durante la investigación, encabezada por el comisario general Néstor Larrauri, secundado por el comisario mayor Gustavo Bustamante, se determinó que el departamento situado en la planta alta del predio donde funciona un lavadero, era alquilado por el mencionado Bulgarelli.

La propietaria del inmueble mencionó que le alquiló el departamento a un hombre al que identificó como Mariano, que tenía el celular 153 081 18… Desde dicho teléfono se habrían realizado comunicaciones con otros integrantes de la banda. Aparentemente, asustado porque vio a los policías bonaerenses que habían ido a la esquina de su casa luego del hallazgo de un cuerpo en una camioneta quemada, pocos días después de la liberación de Rebagliati, Bulgarelli, decidió escapar.

Mediante el entrecruzamiento de llamados realizados por personal de la Dirección de Investigaciones de Tres Febrero de la policía provincial se determinó que el sospechoso había cambiado de celular.

El 19 de septiembre pasado, el imputado llamó a su amigo en la cárcel y fue descubierto por los policías, quienes lo siguieron hasta la terminal de colectivos de Liniers, donde planeaba abordar un ómnibus para viajar a Entre Ríos.

Durante la investigación dirigida por el fiscal Starc se había determinado que Bulgarelli fue uno de los tres integrantes de la banda que se habría dedicado a cuidar a Rebagliati, mientras el empresario estuvo cautivo en el lavadero de Perú y Labardén. Este departamento fue reconocido por Rebagliati y se trató del primer lugar donde estuvo cautivo.

Según consideraron los investigadores, con la captura de Bulgarelli la banda que secuestró a Rebagliati quedó desbaratada. La Justicia procesó con prisión preventiva a Marcos Eduardo Pomponio, alias “Pelado”, acusado de ser el supuesto jefe del grupo delictivo y el imputado que negoció el cobro del rescate con la familia del empresario. Entre los diez detenidos también figuran Sergio Domingo Zari, ex suboficial de la Policía Federal, Miguel Aguiar Ocampo y Lionel Alí Verni.