Habló el maquinista de Once: “Tengo mucho miedo de lo que pueda pasar”

1143
Marcos Córdoba.

Marcos Córdoba, el maquinista del tren del Sarmiento que el 22 de febrero de 2012 provocó la tragedia en la que murieron 51 personas, habló por primera vez. Hasta ahora, sólo lo había hecho en su declaración ante el Tribunal Federal N° 2.

“Nunca más pude volver a subirme a un tren después del accidente; no quiero enfrentarme a esto para no recordar todo lo que pasó”, cuenta en una entrevista con el diario La Nación.

“¿Si tengo miedo? Tengo mucho miedo de lo que puede pasar con la sentencia, me da vueltas por la cabeza todo el tiempo. Yo era un laburante, no estaba preparado para una tragedia como la que pasó”, agrega.

En la etapa final del juicio comenzó ayer el alegato del fiscal, Fernando Arrigo, que apuntó hacia la responsabilidad que podrían haber tenido los ex funcionarios nacionales, entre ellos, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi. El fiscal intentará demostrar que existió administración fraudulenta.

Después de un largo proceso que se inició el 18 de marzo de 2014, el juicio por la muerte de 51 personas se encuentra en la etapa previa a la sentencia, que se conocería antes de fines de año. En este contexto se abrió un escenario, tal vez impensado hace algunos meses atrás, debido a las posiciones que tomaron en sus alegatos las cuatro querellas que representan a los familiares de los fallecidos y a los heridos.

Los abogados Antonio García -que reemplaza al expulsado Gregorio Dalbón– y Javier Moral, representantes de las querellas 1 y 2, apuntaron que el único responsable del accidente fue Córdoba, para quien pidieron una condena de 22 años de prisión. Mientras que las querellas 3 y 4, a cargo de Leonardo Menghini y Patricia Anzoátegui, pidieron penas de entre 10 y 15 años para todos los imputados, entre los que se encuentran los ex secretarios de Transporte de la Nación, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, excepto para el maquinista.

“Que dos querellas me hayan sacado de sus pedidos de sentencia me da cierto alivio, pero hasta que no decidan los jueces, no puedo hacer nada. Hay que esperar, hay que esperar”, suelta Córdoba, mientras a pocos metros pasan los familiares de las víctimas y otros acusados.

“A los familiares me los cruzo todo el tiempo. Nos saludamos con respeto, pero nunca hablamos. Hay un respeto mutuo; sé que están pasando por un dolor muy grande”, sostiene.

“Tuve suerte, pero creo que soy una víctima más de la tragedia. Lo que le pasó a toda esa gente [a las víctimas y los heridos] a mí me dolió, me llegó, porque yo viajaba en ese mismo tren y también podría haber muerto”, reflexiona.

El maquinista, al igual que los otros imputados, tiene el sueldo embargado desde hace varios meses. Durante un tiempo realizó tareas pasivas en la empresa, pero hoy se encuentra de licencia por prescripción médica. “Mi psicóloga me dice que no piense en lo que puede pasar, pero eso es algo que no deja de darme vueltas por la cabeza. Todo el tiempo. Todo el tiempo”, repite. A pesar del apoyo y contención que le brinda su familia, cuando Córdoba piensa en la cárcel le pesan las palabras, pero admite sentir “miedo de lo que puede pasar con la sentencia”.

Sabe que su abogada le aconsejó no hablar ni dar entrevistas hasta que finalice el juicio y por eso cuida cada una de sus palabras al compartir sus sensaciones. “Algunos me dicen que me volví famoso. ¿Famoso? Están locos, hermano. No quiero ser famoso. Yo quería seguir laburando como siempre y no que todos me conozcan y me apunten: Ahí va Marcos Córdoba”, protesta.

El motorman y el resto de los imputados saben que el final del proceso está cerca y que serán clave los alegatos que expondrán las defensas. Como lo dijo en su primera declaración durante el juicio, insiste en su inocencia. “Ya dije lo que pasó esa mañana: yo intenté frenar por todos los medios y el tren no frenó. Por eso, no me siento culpable, pero hay que esperar a lo que decida el tribunal”, repite.

El antecedente similar más cercano fue la condena a cuatro años de prisión que este año recibió Daniel López, el maquinista que conducía la formación del Sarmiento que en 2013 chocó en la estación Castelar y en la que murieron tres personas.