Los fiscales de Pilar que investigan el crimen de María Marta García Belsunce solicitaron hoy que Nicolás Pachelo y dos ex vigiladores vayan a juicio oral acusados del homicidio de María Marta García Belsunce, ocurrido hace casi 16 años en el country Carmel, informaron fuentes judiciales.

En su requerimiento de elevación a juicio -al que tuvo acceso Online 911-, los fiscales María Inés Domínguez y Andrés Quintana dieron por clausurada la instrucción y acusan a Pachelo (42) y los ex empleados de seguridad José Ramón Alejandro Ortiz (41) y Norberto Glennon (53) de haber asesinado a la socióloga de seis balazos en la cabeza cuando los descubrió robando en su casa de Carmel, aquel 27 de octubre de 2002.

La imputación es como “coautores” de un “robo agravado por haberse cometido mediante el uso de arma de fuego -apta- en concurso real con homicidio criminis causae agravado por el uso de arma de fuego”, delitos con pena de prisión perpetua.

En el mismo dictamen, los fiscales solicitaron que los otros cuatro imputados que el año pasado fueron indagados por el crimen, es decir, la ex mujer de Pachelo, Inés Dávalos Cornejo (40), y los ex vigiladores Ramón Acosta (39), Víctor Contreras (40) y Eduardo Vera (41), sean desvinculados y sobreseídos.

Al fundamentar la acusación, los fiscales sostienen que “se advierten diferentes elementos probatorios cuyo análisis en conjunto permite sostener” que Pachelo, Ortiz y Glennon participaron del hecho “a partir de las contradicciones detectadas, la modalidad empleada (modus operandi), el perfil psicológico de los mismos, la actividad desarrollada por Nicolás Pachelo con posterioridad al hecho y el conflicto anterior entre la víctima y aquél”.

Ese conflicto entre María Marta y el jugador de póker fue el secuestro del perro labrador “Tom”, por el que al matrimonio García Belsuce le pidieron un rescate que no pagaron y que, por declaración de varios testigos, fue cometido por Pachelo.

Los acusadores resaltaron además que “Nicolás Pachelo resultó ser la última persona que estuvo cerca de la víctima” y ello lo sustentan en que “desde el inicio de la investigación surge que tres jóvenes (hoy adultos), tras la finalización de aquél encuentro deportivo (el partico entre Boca y River), minutos después regresaron a sus hogares y, en el camino, encontraron a Nicolás Roberto Pachelo, quien pasó por allí corriendo y, un minuto después vieron a María Marta García Belsunce; ambos, en dirección a la casa de la última”.

Al mencionar las múltiples contradicciones que se encontraron al comparar las distintas declaraciones que Pachelo dio en la causa -primero como testigo y ahora como imputado-, los fiscales señalan: “Nicolás Pachelo brindó detalles puntuales y precisos de todo aquello que realizó (esto es, donde jugó, quienes jugaron al fútbol, a donde fue después, en qué piso del shopping estacionó el auto, donde compraron con su madre, qué compraron, porqué, etc.;), mas nunca pudo brindar un dato cierto sobre qué hizo puntualmente ese día durante su estancia de poco menos de una hora y media dentro del Carmel”.

También resaltan que Pachelo tiene un largo historial delictivo siempre “con una modalidad delictiva sistemática”: robar en lugares que conoce y sin correr riesgos.

Y resaltan como posible móvil del crimen de María Marta el robo de una caja metálica que contenía “una pequeña suma monetaria, cheques y documentación de la asociación benéfica de la que formaba parte la víctima”, es decir, “Amigos de Pilar”.

Domínguez y Quintana no sólo mencionan los robos a amigos y conocidos por los que Pachelo fue condenado en su momento por un tribunal de Capital Federal , sino también la nueva causa por los robos en el country Tortugas de la última Semana Santa por los que fue detenido este año.

Los fiscales hicieron en su acusación un punteo de todas las veces que, a su criterio, Pachelo mintió o se contradijo para mejorar sus situación en la causa.

“Mintió cuando dijo que estaba viendo el partido River-Boca o el siguiente (…), mintió cuando dijo que no habló por teléfono con (el periodista) Jorge Lanata y aseguro lavar la ropa (…), mintió cuando dijo dónde estuvo ese día, pues primero negó haber estado corriendo pero luego indicó que de haber sido así, estaba yendo a buscar el auto de su pareja, lo que no era cierto pues (…) trotaba en dirección a la casa de María Marta García Belsunce”, dicen los fiacales.

“Mintió sobre los horario en que se encontraba en ‘Carmel’, pues en todo momento intentó ponerse fuera del barrio en el momento del hecho, pero fue captado por las cámaras que su salida tuvo lugar en el mismo momento en que Beatriz Michelini estaba ingresando (18:59 hs.)”, agrega el escrito.

“Mintió cuando dijo que no obligo a su madre a mentir, pues de ello da cuenta la carpeta “B” aportada por Elizabeth Victoria Ryan (hermana de la madre de Nicolás Pachelo) (…), mintió cuando sostuvo que fue al shopping de Figueroa Alcorta y Salguero antes de las 20 pues, salió de Carmel a las 18:59 y, a las 19:30 horas, aún su teléfono era captado por una antena de Pilar”.

Otros testigos clave para acusación son dos empleados de una estación de servicio cercana al country Carmel que recordaron que “el día 28 de octubre de 2002 -día siguiente del crimen-, a primera hora de la mañana, Nicolás Pachelo se dirigió al bar y preguntó a los nombrados si sabían algo de la mujer que habían matado en el country”, cuando ese día sólo se cometaba que la muerte había sido accidental en una caída en la bañera.
También mencionan los fiscales que Pachelo “fue el primero que se mudó del barrio (el 18 de diciembre de 2002), reduciendo ostensiblemente el precio del inmueble, a pocos días se conocerse que en realidad la muerte de María Marta García Belsunce se trató de un homicidio”.

Por último, los fiscales analizan las pericias psicológicas y psiquiátricas a las que fue sometido Pachelo y afirman que el imputado “reúne todas las características de personalidad que poseería el autor material del crimen”.

“Sus características de personalidad psicopáticas y narcisistas permiten inferir que ante un mínimo estímulo podría reaccionar desproporcionadamente con lo cual no se requiere un gran motivo para el pasaje al acto, siendo en estos casos suficiente la oportunidad (ver sola a la víctima), más un mínimo gesto que atente contra su narcisimo”, escribió una de las psicólogas que analizó a Pachelo.

Ahora es el el juez de Garantía 1 de San Isidro, Ricardo Costa, quien debe analizar el pedido de los fiscales, correrle vista a los defensores y resolver si la prueba es suficiente o no para manda a juicio a estos tres imputados.