Los tres perros Pitbull que mataron a un hombre en una fábrica del partido bonaerense de Pilar, son los únicos que permanecen tras las rejas -técnicamente “secuestrados”-, en una compleja causa penal en la que la fiscal detuvo a su dueño por homicidio con dolo eventual, pero el juez lo liberó al considerar que no hay pruebas para esa carátula y que la víctima pudo tener responsabilidad al entrar al predio donde estaban sueltos los canes.

El hecho ocurrió el pasado 1 de agosto por la tarde cuando Santiago Oviedo, de 72 años, llegó con su auto a la fábrica “Aberturas y Perfiles Argentina”, situada en el kilómetro 9 de la Ruta 25, en la localidad de Villa Astofi, partido de Pilar.

Oviedo tocó timbre -que estaba roto y mordido por los perros-, y al no obtener respuesta, abrió un portón e ingresó al predio de la fábrica para dirigirse al galpón de materiales.

Tras realizar unos 30 metros en dirección al galpón, el hombre de nacionalidad paraguaya fue interceptado y atacado por tres de los cuatro perros que estaban en el lugar.

La secuencia del ataque canino quedó grabada por las cámaras de seguridad que tiene la fábrica.

“Fue salvaje. Los tres perros le saltaron y lo tumbaron al piso, le desgarraron la ropa y no pararon de morderlo hasta que quedó inmóvil”, dijo a Online 911 una fuente judicial.

Según se ve en los videos, tras un primer ataque, Oviedo llegó a levantarse del piso completamente ensangrentado y dio un par de pasos para irse del lugar, pero ni bien los perros advirtieron que se movía, lo volvieron a tumbar y atacar hasta matarlo.

La víctima -que por lo que se ve en las imágenes tenía un renguera que no lo ayudó-, sufrió gravísimas heridas en la cabeza, las manos, el torso, el abdomen y otras zonas del cuerpo, que le ocasionaron la muerte.

La fiscal a cargo de la causa, Valeria Oyola, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de Pilar, se presentó en la escena del hecho y, según explicaron fuentes judiciales, luego de ver los videos, los perros y cómo quedó la víctima, llegó a una convicción: que tener esos Pitbulls sueltos en la fábrica era lo mismo que haber dejado tirada un arma cargada.

Por ello, dispuso la detención del inquilino de la fábrica y dueño de los canes, identificado por las fuentes como Ricardo Rubén Pereyra, de 44 años, y le imputó la figura del “homicidio simple con dolo eventual”, al interpretar que en algún momento tuvo que haberse representado la posibilidad de que esos perros podían atacar y matar a alguien y no hizo nada para evitarlo.

Esa calificación tiene la misma pena que un homicidio intencional, es decir, de 8 a 25 años de prisión.

En su indagatoria, el acusado aclaró que tiene a los perros hace dos años, que nunca fueron agresivos, que el veterinario le aclaró que no eran Pitbulls puros, sino cruza. También dijo que no conocía a Oviedo de antemano y que la culpa la tuvo la víctima por entrar sin permiso al predio.

El mismo día del hecho, la fiscal Oyola ordenó el “secuestro” de los perros, que fueron trasladados al área de zoonosis de la Municipalidad de Pilar, donde están a resguardo y actualmente son los únicos protagonistas del hecho que están tras las rejas.

El pedido fiscal para que Pereyra quede preso fue analizado posteriormente por el juez de Garantías 6 de Pilar, Nicolás Ceballos, quien no compartió la postura de Oyola y resolvió liberar al imputado.

Fuentes judiciales revelaron a Online 911 que en su resolución, Ceballos sostuvo que “al encontrarse los perros en un predio debidamente perimetrado y con los accesos cerrados, al no tener contacto alguno esos canes con la vía publica, y al no ser el establecimiento un lugar de atención al público, “no se encontraba acreditado el dolo homicida que requiere el tipo penal de homicidio para su aplicación”.

Los voceros indicaron que la fiscal continúa trabajando para probar el hecho con esta calificación, ya que cree que Pereyra no había adoptado medidas de seguridad adecuadas sabiendo que tenía a esos peligrosos perros, generando así un peligro potencial para las personas.

Además, sospecha que si Oviedo ingresó al predio fue porque no era la primera vez que iba a comprar materiales y sabía que debía llegar al galpón para ser atendido.

La fiscal también está recopilando jurisprudencia de distintos fallos en los que dueños de perros peligrosos fueron procesados y condenados por situaciones como la sucedida en Pilar.