Rescatan a personas esclavizadas en una falsa remisería de Villa Lugano

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En una investigación iniciada por el Juzgado Criminal y Correccional Federal N° 12, a cargo del Dr. Sergio Torres Secretaría N°23, la División Delitos Contra la Salud y la Seguridad Personal de la Policía de la Ciudad constató que en un predio que se encontraba enmascarado como una remisería, ubicado en Timoteo Gordillo y Santander, se realizaba la confección de abrigos y vestimentas que luego eran comercializadas de forma ilegal.

Participaron del procedimiento personal la Policía de la Ciudad junto a personal de la División exteriores y video, grupos de contención del DOUCAD, la Dirección General de Control de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Dirección General de Migraciones, Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento de las Personas Damnificadas por el Delito de Trata de Personas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, la Administración Federal de Ingresos Públicos y la Dirección General de Fiscalización y Control del GCBA y lograron rescatar a 16 personas de las cuales 3 eran bebés.

Los adultos eran sometidos a trabajo esclavo, lográndose capturar a cuatro sujetos integrantes de una red de trata de personas, quienes quedaron detenidos bajo los cargos de infracción a la ley de “Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a sus Víctimas”.

La propiedad estaba constituida por cuatro plantas de grandes dimensiones, en los que funcionaban diferentes talleres textiles, todos sectorizados por especialidad. Cada piso tenía un encargado que respondía a un matrimonio, quienes eran los que regenteaban el lugar y además eran los dueños de la propiedad.

Como modus operandi para retener a sus “empleados”, la pareja secuestró las documentación de las personas, bajo el engaño de que se estaban realizando los trámites pertinentes para la radicación definitiva de los damnificados en el país.

El lugar estaba acondicionado con habitaciones donde dormían en condiciones de hacinamiento las familias retenidas. Las mismas eran cerradas con candados y alambres en horas de la noche, por parte de los encargados para evitar la fuga de las personas y recién abiertas en las primeras horas del otro día, cuando abrían el taller.

Realizadas las requisas en el lugar, el magistrado interventor ordenó el secuestro de dispositivos electrónicos, maquinaria de corte y confección, agendas y documentación.