Cae banda de gitanos que estafaba jubilados con el cuento del “corralito”

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Diez personas, todos de la comunidad gitana, fueron detenidas por realizar estafas y extorsiones de diferente índole, luego de una serie de allanamientos realizados en la ciudad de Junín por efectivos de la División Defraudaciones y Estafas de la Policía de la Ciudad y personal de la DDI de Junín de la Policía Bonaerense.

La causa tuvo su origen en una denuncia realizada ante Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción N° 25 en el año 2016. A partir de ese momento, el fiscal Martín Mainardi comenzó a seguir el rastro de la estafa que había sufrido una mujer de 85 años, vecina de Recoleta, quien había caído en la trampa entregándole dinero y joyas al recaudador para evitar caer en el “corralito”. La anciana sacó de su banco 40.000 dólares, y se los entregó a los delincuentes.

Fue así que la División Defraudaciones y Estafas de la Policía de la Ciudad comenzó con tareas investigativas que demandaron más de un año de trabajo en las que se logró dar con los integrantes de la banda, roles dentro de la misma y su modus operandi.

Con todos estos datos, la investigación avanzó y se logró descubrir que todos los llamados utilizados para contactar a los damnificados se realizaban desde la ciudad bonaerense de Junín.

Realizadas las consultas con el Juzgado en lo Criminal de Instrucción N° 4, a cargo del Dr. Martín Yadarola, a fines de abril de este año se libraron órdenes de allanamientos en cinco domicilios de Junín, en donde los integrantes de la banda guardaban los objetos robados.

La modalidad de engaño utilizada por estos estafadores se hizo conocida como “Cuento del Quiebre del Estado Nacional” y consistía en entablar un contacto de manera telefónica con sus posibles víctimas, generalmente de la tercera edad. Luego de realizar tareas de inteligencia a vínculos y familiares del damnificado para recabar información y resultar más creíbles en el engaño, los delincuentes aducían que por la profunda crisis económica del país debían retirar todos sus ahorros de las entidades bancarias, recordándoles en su relato la “Crisis del Corralito Bancario” de diciembre de 2001.

Con una mezcla de hechos verídicos y supuestos, los estafadores se aprovechaban de los ancianos quienes resultan ser más vulnerables a la manipulación psicológica del miedo.

Una vez convencidos, los ancianos aceptaban sacar sus ahorros de los bancos siendo esta “organización” la que ponía a disposición un chofer con automóvil y un empleado de algún supuesto organismo gubernamental, para acompañarlos a las entidades bancarias. Luego de retirar el dinero, con algún otro engaño, los obligaban a descender del rodado siendo ese momento aprovechado para huir con el botín.