Apuntan contra “El Loco César” por el triple crimen de la villa 31 bis

2066

Las víctimas del triple crimen cometido el mes pasado en la villa 31 bis de Retiro fueron un matrimonio y un cocinero peruanos a los que ejecutaron a balazos, según informaron fuentes del caso.

Los voceros señalaron que las víctimas fueron descuartizadas y luego calcinadas, en el marco de un mensaje mafioso de una banda de “narco ocupas” que había usurpado su casa.

En base a los datos recabados por los investigadores la principal pista de trabajo apunta al condenado capo narco “El Loco César”, uno de los jefes de la villa que peramence detenido en un penal de máxima seguridad de Rawson.

El móvil del triple asesinato estaría asociado al intento de usurpación de la vivienda de las víctimas por parte de la banda del “Loco César”.

Ante la negativa, la sentencia fue una ruidosa, macabra y visible muerte; un modus operandi que caracteriza a la organización. Las casas son muy anheladas por los narcos: no solo para la venta, el acopio, consumo y vivienda, sino también porque su posesión es una manera de plantar bandera.

El Loco, que cumple 15 años de prisión por un homicidio, aparece vinculado a varios crímenes recientes, todos ellos enumerados en el pedido de elevación a juicio realizado por el fiscal federal Jorge Di Lello, pese a estar detenido.

Según las pruebas que constan en el expediente, Morán de la Cruz encargó el homicidio de un familiar de su pareja, en reprimenda por una supuesta infidelidad, pero el sicario enviado se equivocó y mató a María Belén Peralta, de 19 años. Ocurrió en agosto de 2016. Aún no pidieron su indagatoria en esa causa.

Ese mismo año, pero en marzo, el cuerpo de Jorge Luis Irigoytia apareció tirado en un pasillo de la manzana N° 102. Tenía tres disparos en su espalda y uno en la cabeza. Por este homicidio, es señalado Bladimir “Cabecita” Morán Joyo, quien manejaría el negocio con indicaciones precisas de su padre.

En junio de 2015, fue ejecutada Mónica Rojas Palma en una peluquería, donde intentó guarecerse de los sicarios que la perseguían. No lo logró: las balas le atravesaron el tórax, el abdomen y el cráneo. Zoila Joyo –ex mujer de César– aparece como la entregadora. Al mes siguiente, fue el turno de Diego Alejandro Giménez Verón, hallado en las inmediaciones de la manzana 115. Su cuerpo presentaba múltiples heridas de arma blanca y los dedos pulgar y meñique de su mano derecha y el dedo meñique de su mano izquierda amputados y con torniquetes realizados con nylon y tela y varios orificios de bala en su torso, que le provocaron la muerte. En su boca, se encontró un envoltorio con droga. Las pericias determinaron que tenía lesiones compatibles con defensa y sujeción, que permaneció cautiva en algún domicilio del barrio por un período de tiempo no determinado, donde fue sometido a vejámenes, hasta que fue conducido al pasillo donde fue ejecutado.

Dos días más tarde, Jean Marquez Leao intentó escapar de dos hombres que lo habían ido a buscar a su domicilio. Corrió pero no fue más veloz que los 25 tiros que impactaron en todo su cuerpo. Cristian Sánchez Ircash fue la última víctima de la ola de crímenes.