Un delincuente armado murió baleado cuando huía de dos policías que llegaron a auxiliar a una familia a la casa donde había cometido una entradera junto a dos cómplices que lograron escapar, en la localidad bonaerense de Don Bosco, informaron hoy fuentes policiales.

El hecho ocurrió alrededor de las 21 de anoche en la calle 265 al 2130, entre Álvarez y Aguirre, de la mencionada localidad del partido de Quilmes, cuando el dueño de casa, un taxista de 49 años, una de sus hijas y su yerno, fueron sorprendidos por tres ladrones cuando entraban a la vivienda.

Los tres fueron obligados a ingresar a los empujones por los delincuentes, que los mantuvieron de rehenes junto al al resto de la familia que se hallaba adentro: la esposa del taxista, de 53 años, y otra de sus hijas.

Los asaltantes comenzaron a apoderarse de elementos de valor y los movimientos sospechosos fueron victos por un vecino que llamó a la línea de emergencias 911, por lo que de inmediato se irradió el alerta y un móvil del Comando de Patrullas de Quilmes Este se dirigió al lugar por un “robo en proceso”.

De acuerdo a lo que relataron luego las víctimas del asalto, segundos antes del arribo del patrullero uno de los ladrones escapó por el frente y otro lo hizo por los fondos, mientras que el tercero quedó rezagado y se encontró con el móvil y los policías en la puerta.

Voceros policiales explicaron que los efectivos bajaron del patrullero, tocaron el timbre de la casa y, en ese momento, este asaltante, vestido con buzo negro y con capucha colocada, abrió la puerta, le dio un empujón y tiró al suelo a uno de los policías, tras lo cual trató de salir corriendo.

Los efectivos dijeron luego que el delincuente sacó de entre sus ropas un revólver cromado y le apuntó al policía que estaba caído, por lo que el otro uniformado, al ver que la vida de su compañero corría peligro, le efectuó al menos siete disparos con su pistola 9 milímetros reglamentaria.

El policía que estaba en el piso también realizó otros cinco disparos con su arma, por lo que el ladrón, luego de hacer unos pocos pasos, cayó malherido en el lugar.

Los efectivos ingresaron a la casa para asistir y poner a resguardo al matrimonio asaltado, a sus dos hijas y el novio de una de ellas, quienes les contaron que los otros dos cómplices habían huido segundos antes de su arribo.

Al lugar llegó una ambulancia con un médico del SAME que constató que el asaltante, identificado como Leonardo Sebastián Cristaldo (34), había fallecido.

A su lado, la policía encontró el revólver calibre 32 marca Smith & Wesson con el que había amenazado a los policías, una réplica plaśtica de una pistola, una notebook que había robado en la vivienda y una mochila azul con los 21.700 pesos que también le habían quitado a la familia.

Cuando los médicos de Policía Científica revisaron el cadáver del ladrón, en uno de los bolsillos del jean encontraron otros 8.000 pesos en efectivo robados.

Los forenses vieron que Cristaldo presentaba al menos tres impactos de bala: uno en el pecho, otro en la pierna derecha y el tercero en un tobillo.

En la vereda, los delincuentes dejaron abandonada con el motor en marcha y las balizas encendidas una camioneta Fiat Fiorino con una patente cambiada, sin pedido de secuestro.

Al haber disparado personal de la policía bonaerense, las pericias balísticas fueron realizadas en el lugar por expertos de la Gendarmería Nacional, que secuestraron 12 vainas servidas y todas las armas, entre ellas, las dos de los policías.

El caso es investigado por el fiscal Ariel Rivas, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Quilmes, quien dio directivas para intentar identificar y localizar a los dos prófugos y ordenó que los dos policías del Comando de Patrullas de Quilmes que actuaron declaren como testigos, ya que, de acuerdo a lo reconstruido, actuaron en el marco de la legítima defensa al dispararle al asaltante.