Condenaron a un taxista por el femicidio de una estudiante de derecho

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Un taxista fue condenado hoy por el femicidio de la estudiante de Derecho Diana Rojas, encontrada degollada en mayo de 2016 en las afueras de la ciudad chubutense de Puerto Madryn, informaron fuentes judiciales.

El veredicto del tribunal integrado por las juezas Patricia Asaro, Patricia Reyes y Marcela Pérez recayó sobre Dante Donnini (52), a quien consideraron autor de los delitos de “homicidio criminis causae y femicidio”.

Según las fuentes, el tribunal resolvió también que el lunes próximo a las 8.30 se llevará a cabo la audiencia de imposición de pena, aunque por la calificación legal del hecho, al taxista le corresponde la prisión perpetua, salvo que exista alguna circunstancia extraordinaria de atenuación.

Sin embargo, el veredicto no coincidió con la imputación de la fiscalía y la querella que acusaron a Donnini de “homicidio criminis causae en concurso con tentativa de abuso sexual con acceso carnal, robo y homicidio agravado por ensañamiento”.

“Estamos muy conformes con el veredicto que, como siempre decimos, es horroroso desde el punto de vista humano porque es feo hablar de algo bueno en medio del horror de la muerte de una joven, pero hicimos nuestro trabajo”, explicó el abogado de la familia Rojas, Carlos Villada.

Según se reconstruyó en las audiencias del juicio oral y público que comenzó hace dos semanas, a las 10.15 del 17 de mayo de 2016, Diana Rojas (25) se encontraba en su departamento de la calle Libertad al 360 de Puerto Madryn cuando su hermana le avisó, desde la provincia de Entre Ríos, de donde era oriunda, que le había depositado dinero a través de Correo Argentino.

A las 10.32, la joven se comunicó con la parada de taxis “Patagonia” y a su domicilio arribó el interno 127 conducido por Donnini.

Para los acusadores, el taxista desvió su camino y se trasladó por la ruta provincial 1 “con intenciones de abusar sexualmente de la joven” pero al no poder someterla “comenzó a agredirla con un arma blanca, efectuándole cortes en los dedos, antebrazo, cabeza, cuello, hombro y cara”.

“La víctima intentó defenderse y rasguñó en cara y antebrazo a Donnini, quien también intentó atarla con una cuerda, por lo que la víctima comenzó a correr”, describieron en los alegatos.

En base a la acusación, la víctima recorrió “aproximadamente quinientos metros, siendo alcanzada por Donnini, que la tomó de atrás y le asestó al menos tres puñaladas: una a la altura del cuello, otra en la zona de la tráquea y otra penetrante a la altura del tórax, que le provocaron la muerte”.

Luego, el taxista arrastró el cuerpo y, para lograr su impunidad, se apoderó del teléfono celular, el DNI y la billetera de la víctima, tras lo cual, escapó en su vehículo de alquiler.

Entre otras pruebas, los acusadores valoraron el peritaje genético que reveló que había ADN de Donnini debajo de las uñas de Diana, en su cartera, en el chaleco que vestía y en el cuero cabelludo.

El análisis criminológico realizado por peritos del Equipo Técnico Interdisciplinario indicó que la motivación del homicidio “fue de carácter sexual” y que el autor “posee bajo umbral de tolerancia a la frustración”.

Por su parte, Donnini declaró en la última jornada del juicio que a Diana la quisieron secuestrar y él se interpuso entre los agresores y la víctima, pero que nada pudo hacer y ante el desenlace fatal prefirió el silencio porque estaba amenazado de muerte.

El femicidio de Diana generó conmoción en Puerto Madryn, donde cientos de vecinos, estudiantes y dirigentes realizaron el día después al hallazgo del cadáver una masiva marcha por el centro de dicha ciudad de la costa este del Chubut.

Al comienzo de la investigación, Donnini fue citado a declarar como testigo, oportunidad en la que contó a los investigadores que él sólo había trasladado a la joven hasta la calle Juan B. Justo.

Los pesquisas advirtieron cierto nerviosismo en su relato, lo que se sumó a las lesiones en el rostro y antebrazos que presentaba el taxista, que argumentó que lo había rasguñado su caniche toy.

Las sospechas sobre Donnini se terminaron de cerrar cuando otro taxista entregó a los investigadores el celular de la víctima y dijo que el primero se lo había vendido.

En base a estos elementos, el 20 de mayo de 2016, los fiscales de la causa dispusieron la detención de Donnini, quien fue apresado por la Policía en su casa del Acceso 167, de Puerto Madryn.

Recién en septiembre de aquel año, durante una audiencia de control ante el juez Marcelo Orlando, el acusado dio por primera vez la versión de que los asesinos de Diana fueron dos hombres que quisieron secuestrarla.