Confirman la prisión preventiva de Lagostena y seguirá preso

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Daniel Lagostena, quien está detenido desde hace un año por el femicidio de su pareja embarazada, Erica Soriano, vista por última vez con vida en agosto de 2010 en el partido bonaerense de Lanús, quedó a un paso del juicio oral y público y continuará detenido en el marco de la causa, informaron fuentes judiciales.

La sala III de la Cámara de Apelación y Garantías de Lomas de Zamora, integrada por los jueces Tomás Bravo, Jorge Tristán Rodríguez y Martín García Díaz, confirmó la prisión preventiva del imputado dictada en junio último por el juez de Garantías 8, Gabriel Vitale, y en la misma resolución rechazó un pedido de arresto domiciliario.

Un vocero judicial dijo a Télam que los camaristas ratificaron todo lo actuado por Vitale, quien ahora debe darle traslado a la defensa de Lagostena (54) acerca de la elevación a juicio del expediente.

Mientras tanto, el imputado continuará preso en una unidad carcelaria de Lomas de Zamora, donde se encuentra alojado desde el 1 de mayo del año pasado, cuando se dispuso su arresto por el delito de “homicidio en concurso ideal con aborto en contexto de violencia de género”.

La defensa había solicitado la prisión domiciliaria argumentado su inocencia en los hechos que se le imputan, la falta de condenas y su comportamiento durante todo el proceso, el cual considera “colaborativo”, pero esto fue rechazado.

En informes de peritos oficiales que constan en la causa, todos fueron contestes en que “Lagostena es un manipulador de las situaciones, se ubica como víctima, tiene agresividad contenida y ausencia de angustia y emociones”.

De acuerdo con la investigación que llevaron adelante el fiscal Gerardo Loureyro y Vitale, el 20 de agosto de 2010 Lagostena y Erica (30), tras visitar a un ginecólogo en Capital Federal, se dirigieron a su domicilio en Lanús, donde ya se encontraba una persona no identificada hasta ahora que utilizó el teléfono de línea para llamar a una pizzería a las 22.01.

En base al estudio de otros llamados, se estableció que a las 22.13 Soriano habló con una amiga, quien luego declaró que se dio cuenta que en el viaje iba manteniendo una pelea con Lagostena.

Según la investigación, cerca de la medianoche, el imputado comenzó a intercambiar mensajes con su sobrino Brian Poublán (25), hijo de su hermana, con quien hasta entonces no tenía un trato cotidiano ni habitual.

Alrededor de las 5 del día siguiente, un teléfono celular a nombre de la madre del joven registró llamadas salientes en el centro porteño y la Costanera Norte, y luego se activó en Lanús, cerca de la casa del joven y su madre.

La intensidad de llamadas (seis entre las 5.05 y 5.53) llamaron la atención de los investigadores porque no era habitual el uso horario ni el patrón de comunicación.

Una fuente judicial explicó que se cree que esas llamadas se dieron en el lapso durante el cual se hizo desaparecer el cuerpo de Soriano.

Si bien Lagostena dijo que solamente tenía un celular a nombre suyo, luego se comprobó que contaba con cuatro teléfonos móviles activos.

Otro dato valorado por los pesquisas fue que cuando la familia de Soriano concurrió a su casa con la Policía para saber sobre ella, encontró allí la ropa con la que Lagostena dijo que ella había salido hacia lo de su madre tras mantener una discusión con él, su cartera con todas sus pertenencias, excepto el celular, y el ácido fólico que tomaba por su embarazo.

Peritos que buscaron rastros en la casa hallaron, pese a que hacía 24 grados, la chimenea caliente y restos de poliéster que se correspondían con una bombacha, por lo que se presume que el imputado quemó allí la ropa de su pareja.

También se encontró una mancha de sangre debajo de una mesita ratona que fue detectada con el reactivo Luminol, pero como había sido lavada sólo se pudo determinar que era de mujer.

Esta prueba coincide con el testimonio de una testigo de identidad reservada que declaró que “el día del hecho Daniel y Erica discutieron y por tal motivo le pegó un ‘sopapo’, ella se cayó y se golpeó la cabeza contra una mesada”.

“Erica murió y por esto Daniel llamó a un amigo, quien durante la madrugada fue a la casa y se llevó el cuerpo de Erica al crematorio de Lanús”, aseguró.

Los investigadores dan por acreditado que Lagostena tenía vínculos con propietarios y empleados del rubro funerario que lo podrían haber ayudado.