Un gendarme quedó detenido luego de herir de un balazo con posta de goma a un motociclista durante un operativo para evitar que se corran “picadas” en la localidad bonaerense de Burzaco, partido de Almirante Brown, informaron hoy fuentes policiales.

El hecho ocurrió anoche en un control sorpresivo que Gendarmería Nacional montó para prevenir “picadas” sobre la avenida Hipólito Yrigoyen y Marcos Tiglio de la mencionada localidad del sur del conurbano bonaerense.

Los gendarmes estaban dispersando motociclistas y el incidente sucedió cuando dos de los efectivos de la fuerza federal quisieron identificar al joven luego herido, Martín Zaravia (23).

Según lo que pudo reconstruir la policía a partir de lo relatado por gendarmes, Zaravia quiso evadir el control, le pegó una patada a uno de los efectivos que pretendía identificarlo y comenzó la fuga.

El gendarme agredido, identificado como el subalferez Emanuel Elio Moyecundo, reaccionó efectuándole por la espalda un disparo de escopeta con posta de goma, por lo que el joven perdió el equilibrio y cayó de la moto.

Zaravia fue trasladado al Hospital Lucio Meléndez de Adrogué, donde fue intervenido quirúrgicamente por las lesiones que le generó en la espalda, en una costilla y en un riñón el escopetazo con posta de goma, aunque esta mañana se encontraba estable, según confiaron fuentes policiales.

El caso es investigado por el fiscal Leonardo Kaszewski, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 8 de Lomas de Zamora, quien dispuso la aprehensión del gendarme en la comisaría de Burzaco.

Micaela, la novia del motociclista herido, contó hoy al canal TN que el gendarme que hirió a Zaravia “tiró a matar”.

“No había operativo de gendarmes. Tiró a matar. Los testigos dijeron que venía caminando el gendarme con el arma en la mano, levantó y tiró dos tiros”, comentó.

La chica explicó que su novio había ido a comer un asado con amigos a una parrilla de la zona y que estaban todos reunidos con sus motos cuando de repente llegó Gendarmería a la zona para evitar las “picadas” que suelen correrse en la avenida Hipólito Yrigoyen.

“Como en esa avenida se corren picadas los miércoles a la noche, llegaron ocho o nueve gendarmes armados y pidieron que se dispersen, eran varios chicos que estaban con moto”, relató.

La novia de Zaravia dijo que “se empiezan a separar todos” y que Martín quedó junto a otro chico llamado Manuel “los dos en dos motos”, cuando ocurrió el ataque.

Sobre la causa judicial, Micaela contó que el fiscal de la causa les dio “tranquilidad” porque “las pruebas eran suficientes” para que el gendarme quedara detenido y que hoy se iba a “terminar de caratular la causa”.

Sobre el estado de salud del chico, la novia señaló que el cirujano les explicó que “la herida de bala quedó abierta para usarla como drenaje” y que “el riñón por suerte no estaba comprometido como ellos pensaban porque la costilla recibió el golpe mayor y por eso se había quebrado”.

Alberto, el padre de la víctima, aseguró a la prensa que su hijo “pasaba eventualmente por ahí” y que “no había un control vehicular en ese momento”.

“No se resistió, no sé por qué le disparó, habrá visto que pasaba una moto y tiró”, dijo el hombre sobre el episodio ocurrido anoche con su hijo Martín.

Además, el padre relató que llegó al lugar del hecho “cuando él estaba tirado y desangrándose”, y que “la Policía de la Provincia fue la que ayudó” porque “el gendarme se quería ir y dijo que no había disparado”.

“Está preso ahora, fui a la comisaría y hay una causa, así que vamos a seguir con una acción penal contra esta persona”, comentó.

El hombre, visiblemente conmocionado por lo ocurrido, denunció que “si la gente que nos tiene que cuidar va a balear a alguien por la espalda hay que cambiar la mentalidad, tiene que haber gente idónea que nos defienda”, y agregó: “Me arrebataron un hijo casi, es una locura”.

“Que la Justicia se encargue y que lo perdone Dios, porque yo no lo puedo perdonar”, expresó.