La muerte del cura tucumano Juan Viroche, quien había sido amenazado por denunciar el avance narco, sacudió esa provincia e inicialmente hay dos versiones del hecho.


Son las del fiscal general de Tucumán, Gustavo Gómez y del fiscal de la causa, Diego López Ávila.

Gómez dijo descreer que se haya tratado de un suicidio y declaró que “esto se podría haber evitado si se hubiera atendido todo los temores del cura”, que había sido “amenazado” y pedido al arzobispado su traslado justamente por esta cuestión.

Cuando se le consultó por el canal TN sobre una hipótesis de suicidio, el fiscal sostuvo: “Yo la descartó, no era un sacerdote común, estaba comprometido con la vida. Pensar en un suicidio me parece inconcebible”.

Incluso, dijo que tenía la versión de un grupo de sacerdotes de que Viroche fue encontrado ahorcado en la sacristía de la iglesia y con “golpes, que podría ser signo de haber sido torturado”.

El religioso, según las fuentes, en los últimos años denunció el avance de las drogas en localidades del interior de la provincia.

Vecinos del lugar informaron a la policía que el sacerdote, nacido en La Ciudadela, ayer les había comentado su intención de alejarse del lugar por las amenazas que habría recibió últimamente.

Viroche, en noviembre de 2015, ofició una misa al aire libre, para pedir por un pueblo sin drogas ni robos, en la localidad y comuna rural de Delfín Gallo, ubicada en el departamento de Cruz alta, a 10 kilómetros de la capital provincial.

El cura, a raíz de los robos sufridos el año pasado resolvió enrejar la iglesia, responsabilizando del hecho al avance del narcotráfico que “corrompía” a adolescentes y jóvenes de la zona.

Por su parte, el fiscal tucumano Diego López Ávila, quien investiga la muerte del sacerdote manifestó hoy que “todo indicaría que se trató de un suicidio”, ya que “no se hallaron signos de violencia” en el lugar donde fue encontrado el cadáver colgado del cura, aunque se aguarda la autopsia para corroborarlo.

“En el lugar donde esta persona fallece no había signos de violencia. Tenía una puerta que estaba cerrada y trabada por el lado de adentro con un mueble. Las otras aberturas que hay estaban todas cerradas desde adentro”, detalló el fiscal en diálogo con C5N.

Sobre el cadáver del cura, López Ávila manifestó: “No hay indicios de violencia en su cuerpo o algo que haga suponer que podría haber tenido algún tipo de altercado con alguien”.

El fiscal explicó que, según la apreciación del forense que concurrió con él al lugar, tampoco hay signos de que el cuerpo del sacerdote haya sido izado para simular un ahorcamiento.

“El izamiento se ve cuando tiran de los pies para abajo para hacer presión sobre el cuello y ahí quedan las marcas. Eso el médico forense lo ve en el momento y sabe si está izado o si es un suicidio. En este caso no está detectado que haya sido izado”, agregó el funcionario judicial.

“Yo me inclinaria a pensar que esto se trata de un suicidio, pero sin perjuicio de ello, he realizado todas las medidas en el lugar para preservar las pruebas que pudiera haber y he ordenado que se haga una autopsia”, concluyó López Ávila.