El director ejecutivo del hospital Ramón Carrillo, el centro asistencial de Ciudadela en el que murió un hombre baleado luego de que su mujer Testigo de Jehová prohibiera que se le practique una transfusión de sangre, dijo hoy que la víctima llegó al lugar en estado “crítico” e “inconsciente” por lo que era su esposa quien tenía “el aval” para tomar la decisión.

Se trata de Javier Cima, quien en declaraciones al canal TN dijo que como el paciente, llamado José Alberto López (57), llegó el viernes por la tarde acompañado de sus familiares, los médicos de guardia supieron desde un primer momento que la transfusión no era una opción.

“El paciente llegó en estado crítico, inconsciente y acompañado por sus familiares y, teniendo en cuenta que en el primer momento se dijo que profesaba el culto de Testigos de Jehová, cuando hubo la necesidad de proponer la transfusión se tomó la decisión a partir de lo que definió la esposa y esto lo definió también por escrito”, relató Cima.

El director del Ramón Carrillo dijo que “la jurisprudencia avala este tipo de decisiones”, que la cuestión está contemplada “en diferentes artículos de los Códigos” y que también tomó participación el abogado de la institución “para tener el aval jurídico”.

“Este caso hay que valorarlo en el contexto en el cual llega el paciente: llega inconsciente y sin una documentación que previamente estuvo definida en el cual no deseaba transfundirse, pero en compañía de la esposa que tiene el aval de poder tomar esta decisión desde el punto de vista jurídico”, manifestó Cima, y añadió que desde su administración incluso se pusieron en “contacto con el anciano de la iglesia”, en referencia a la autoridad religiosa del templo al que concurría la mujer de López.

Pese a que el hermano de la víctima, llamado Víctor, aseguró que López “no era Testigo de Jehová”, Cima informó que la autoridad eclesial fue personalmente hasta el hospital, “tuvo comunicación con los médicos de la terapia intensiva” y dio “el aval desde esta autoridad religiosa” para que el hombre no recibiera sangre.

Sobre la diferencia de opiniones entre la esposa de López y Víctor, Cima manifestó que “existe un orden de prioridades de quién toma las decisiones, en este caso cuando hay un cónyuge es el que primero está en orden” y añadió que “no es la hermandad la que está en primera línea”.

Finalmente, respecto a si José López se hubiera recuperado de haber podido recibir una transfusión, el director del hospital afirmó que “la condición del enfermo cuando llegó en estado crítico ya definía el pronóstico” y consideró que “es irresponsable decir que una transfusión de sangre hubiera salvado al paciente, era parte de la necesidad del tratamiento, pero el estado era crítico”.