Nisman y la presión social

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Facundo Pastor -periodista; autor del libro Nisman ¿crimen o suicidio? ¿héroe o espía?-

Este libro fue realizado bajo una insoportable presión social, judicial y política; un asedio desprendido de un murmullo ensordecedor capaz de aturdir hasta al más iluminado. Y no me refiero a las advertencias sobre el contenido de esta reconstrucción periodística, a esos llamados de tono intimidatorio que nunca faltan para indagar si la investigación incluyó a tal o cual personaje.

El acoso que percibí no apunta a esos detalles naturales de cualquier trabajo que interpele al poder sino a un interrogante supremo que barrió con todo. Un enigma, una pregunta, que se instaló indeleble en nuestra sociedad: La muerte del fiscal Alberto Nisman confrontó a la sociedad argentina toda con un funcionamiento opaco e incluso oscuro hasta lo indescifrable del poder político y de las instituciones y órganos del estado argentino creadas para velar por la seguridad y la paz en la democracia, devenidas con el tiempo en fuente interminable de sospechas, conspiraciones y delitos.

¿Suicidio o asesinato? ¿Paladín de la justicia listo para perderlo todo en esa misión judicial? ¿Héroe civil que se juega al todo o nada por la verdad y la justicia, no importa a qué intereses afecte? ¿O agente cooptado por el FBI, en diálogo fluido con el Mossad, organizador de su propio sistema de espionaje para espiar a quienes lo espiaban? ¿Héroe de nuevo cúneo o arribista social que usó la escalinata del sistema judicial para alimentar su vanidad?